domingo, 4 de enero de 2009

LXXV

LXXV
Estáis muertos.

Qué extraña manera de estarse muertos. Quienquiera
diría no lo estáis. Pero, en verdad, estáis muertos, muertos.

Flotáis nadamente detrás de aquesa membrana que,
péndula del zenit al nadir, viene y va de crepúsculo a cre-
púsculo, vibrando ante la sonora caja de una herida que a
vosotros no os duele. Os digo, pues, que la vida está en el
espejo, y que vosotros sois el original, la muerte.

Mientras la onda va, mientras la onda viene, cuán im-
punemente se está uno muerto. Sólo cuando las aguas se
quebrantan en los bordes enfrentados y se doblan y do-
blan, entonces os transfiguráis y creyendo morir, percibís
la sexta cuerda que ya no es vuestra.

Estáis muertos, no habiendo antes vivido jamás.
Quienquiera diría que, no siendo ahora, en otro tiempo
fuisteis. Pero, en verdad, vosotros sois los cadáveres
de una vida que nunca fue. Triste destino el no haber sido
muertos siempre. El ser hoja seca sin haber sido verde
jamás. Orfandad de orfandades.

Y sinembargo, los muertos no son, no pueden ser cadá-
veres de una vida que todavía no han vivido. Ellos murie-
ron siempre de vida.

Estáis muertos.

César Vallejo
Mi poema favorito, uno de los tantos (ya que solo subo los favoritos..jeje), es un poema existencial donde se plantea un contraste entre la vida y la existencia. EL poeta critica los fundamentos de una vida monótona y trivial... "una muerte en vida". El otro modo de vivir auténticamente será simplemente existir.

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