lunes, 30 de junio de 2008

La Huida

Por Ladu Rosseaux,

Capítulo I
-¡Corre!... ¡CORRE! -bramó un joven de ojos verdes apagados y su cabello era largo recogido en una coleta, tan platinado que parecería era blanco pero el polvo, la mugre acumulada en la prisión no dejaba ver el brillo real de ese cabello. Aunque su aspecto era de rasgos finos se notaba que era un hombre de carácter fuerte y que había sufrido muchas penurias, ¿qué había apagado el brillo de sus ojos? ¿Quién se atrevió a dañar aquel chico tan bueno?

-¡ESPERA! ¡Espera, por favor! -gritó otro joven, venía atrasado por una herida en la pierna derecha, la cual emanaba algo de sangre y le punzaba el dolor, cojeaba y avanzaba lo más rápido que le permitía su cuerpo.El joven de la coleta se detuvo bruscamente para esperar a su compañero, su único amigo y ese lugar tan asqueroso, escalofriante... nada más de acordarse la tristeza y el odio se apoderaban de él. Agitó su cabeza para sacarse esos pensamientos y le echó una mano al chico que cojeaba.-Debes ser fuerte... por fin somos libres y no lo vamos a dejar sólo por esa herida.

-Duele demasiado... demasiado -se quejó, su respiración era entrecortada que a cada bocanada de aire que tomaba, emitía un silbido casi inaudible.

-Te ayudaré... vamos, súbete a mi espalda -le dijo dándole la espalda y colocando sus manos atrás, para que se apoyada.

-Peso demasiado... anda, ve tu solo... no vale la pena que los dos seamos capturados...Un golpe seco en su mejilla hizo que se callara. Fue abofeteado por su amigo y entonces, sin dudar, se subió al lomo. No hablaron más en un buen rato.
Anduvieron durante una hora sin parar, el que cargada poco a poco se cansaba pero estaba acostumbrado a cargar con objetos pesados, más que lo que llevaba en ese instante, le parecía que cargaba a un niño en vez de a un hombre. Jamás hablaron de sus pasados uno con el otro, aunque ambos se dieron cuenta que ninguno de los dos sabía la edad real que tenían, lo que sí estaban seguros era que el chico de la coleta era mucho menor que el otro, pero siempre fue más fuerte y maduro.
-Lo lamento –se disculpó el chico herido, un haz de luna iluminó sus ojos que eran de un color muy extraño… tan grises que tiraban a blanco y una sonrisa se dibujó en sus finos labios. El otro aceptó la disculpa como si nada, pues ya le había perdonado hace rato y no era necesario una disculpa entre ese par, sin embargo por educación decían un “lo siento, lo lamento, perdón” y continuar con la tradición. Sus peleas jamás fueron graves, esta fue la peor que pudieron haber tenido desde que se conocieron. Eran más que amigos, más que hermanos… se amaban tanto y se aceptaban tal como fueran, no estaban enamorados ni jamás se desearon con los instintos carnales, los “bajos instintos” como decían del lugar en que provenían. Lo que los unía era algo espiritual, aún no sabían cual era su deber en ese mundo tan desagradable. ¿Quién decidió que se conocieran? ¿Fue el destino o mera coincidencia?
-Luka… -murmuró el de ojos grises.-¿Mmmm?-Creo que deberías descansar, ya estamos lo suficientemente lejos de ése sitio.
-Tienes razón, además estoy un poco cansado…
-¿Un poco? ¡Si has estado trotando conmigo encima durante más de una hora! –le interrumpió. De un salto bajó del lomo de su compañero y contuvo un quejido mordiéndose el labio inferior, acababa de caer sobre la pierna herida por error. Aunque quiso ocultar su mueca fue demasiado tarde, se conocían tan bien que podría decirse que compartían el dolor.
-Dunkel, realmente eres tonto…–regañó Luka mientras se ponía en cuclillas para examinarle la herida y antes de que pudiera hacer algo, el otro se quitó y se sentó en el piso.
-No es necesario tanto cuidado, dedícate a ti mismo que yo estoy mejorando… -intentó mentirle

domingo, 29 de junio de 2008

Una puerta al jardin

Por Angie Malfoy

DIA 1
Querido… ¿Querido? ¿Es necesario escribirle esto a alguien? Es solo un papel… un papel y va dirigido a… no sé. No es un diario, o si, quien sabe. No quiero que sea un diario, pero casi cumple la función de uno… ¿O no? Desde que tengo memoria que me escapo del mundo simplemente usando una hoja y una lapicera, no necesariamente con formato de diario, también hojas sueltas, cuadernos, hojas virtuales, o, como ahora, una hoja rayada (si, rayada, algo extraño porque prefiero mil veces las cuadriculadas), me perdí. Ah, ya volvió, si. Como iba escribiendo, una hoja rayada tamaño 3, con tres orificios, margen doble rojo, enganchada a una carpeta Nº 3, negra que en la parte de afuera tiene nombres de personas que no conozco personalmente pero que son mis amigos, además que dice “ Bariloche”. Es una carpeta vieja, el nombre de esa ciudad allí data la fecha en la que fue usada por primera vez. 2004. Todo esto no tiene mucho que ver con el fin que me propuse al inicio, esto es solo una inservible descripción de lo que veo, no de lo que siento; pero mejor volvamos a lo que siento.

“Inconcebible”, lo acabo de terminar de leer (la verdad me quede hasta las 3 de la mañana para terminarlo, me dormí y me desperté con cosas en la cabeza) Ben Elton, el autor, sabe bien como dejarme pensando. Comedia triste y muy cruel pero gran libro, hasta es por eso que retome esta terapia, no escribía desde hace siglos y ahora me veo con el mismo problema que uno de los protagonistas.

“Estoy escribiendo este diario porque me lo pidió Lucy. Salvo que no es un diario, sino un ‘libro de pensamientos’. ‘Cartas a uno mismo’, según lo define ella, y de ahí el asunte del ‘Querido Sam’, que por supuesto soy yo”.Libro de pensamientos, suena bien, o sonaba hasta que empecé y me di cuenta que mis pensamientos están absolutamente desordenados ¡Que horrible es esto!*Miro los separadores que preceden a éstas hojas: Fics, fics y mas fics. Solo uno llegó a la luz, solo un capitulo publicado, el segundo en manos de Guada y los tres completos los tiene Francisca y deben andar archivados por algún lado de Chile, cuando pienso en eso, se que no recibí respuesta con opinión de mi fic así que calculo que es una verdadera mierda.

¡¡Dios!! Hasta me olvide de mantener el hilo conductor de todo. Hasta ese punto llega mi tortura mental. No se que me pasa, no entiendo que me pasa ¿Será que es tan difícil expresar lo que uno siente? Digo, los hombres no parecen tener muchos problemas con la expresión aunque en muchos libros y revistas los llaman menos emotivos que las mujeres. Me acuerdo que leí en una revista que ellos se manejan por gestos corporales y sonidos o algo así y que luego de un tiempo conviviendo con ellos te acostumbras y reconoces que están sintiendo y que quieren decir. Yo al principio pensé: “¡Wow! ¡Como los bebés!” y después me vino la imagen a mi mente de la comunicación de una pareja, pero fue algo complicado.

Me imaginé una pareja estadounidense (como en las películas) en donde estaban vestidos como en la época en la que Travolta iba a la secundaria y baila y cantaba en las películas; y entonces apareció en mi mente un gordo en camiseta y calzones, sentado en un sillón, con una cerveza en la mano, mirando tele y la cabeza sucia y su mujer con esos vestidos estilo la señora Brady (de la serie “La tribu Brady” o algo así) cocinando para el almuerzo y que de golpe se escuchaba un “GRRRRR!” y un golpe de puño en el brazo del sillón. Gesto por el cual la mujer se acerca con otra cerveza para su esposo y este deja de gruñir y hacer berrinches.

Algo sumamente loco, yo me puse en el lugar de esta mujer y hubiera pensado que mi esposo estaba mirando como perdía cincuenta pesos que apostó y por eso la reacción. Aunque en cierta forma podría haber sido así, quien sabe.Pero con toda esa parodia en mi cabeza llegué a la conclusión que los hombres son algo extraños. Bueno, ¿Cómo es posible que sean tan prácticos y se despreocupen de cosas importantes como bañarse, cambiarse los calzones todos los días y cosas así? *Tuve una experiencia bastante desagradable con un compañero de colegio (si, hace 3 años atrás cuando cursaba mi último año de colegio y me largaban para entrar en la deprimente universidad), bueno, este compañero, Santiago, no se bañaba en toda la semana, así que no hay que imaginarse como apestaba y para colmo, en nuestro último viaje como grupo (viaje de graduación, egresados) todos con bolsos y ropa abrigada (fuimos, como todos en el último año de colegio, a Bariloche, el sur) y Santiago apareció con una mochila de un tamaño chico y dijo que llevaba un buzo, un pantalón y lo que llevaba puesto, que con eso alcanzaba y yo: “¡OMFG!” Obviamente estuvo toda la semana vestido igual, con la misma ropa olorosa y para colmo días antes mi amiga Flor me comentó que su hermano (2 años menor) se prestaba la ropa interior con los amigos y, cuando no quería bañarse y estaba sucia la ropa interior (“un pedo siempre se les escapa a los hombres o no se limpian bien el culo y se manchan”, me explico entendida), el punto es que ¡La usan al revés! O sea, es asqueroso, repulsivo y esa idea se me vino a la mente cuando lo mire a Santiago y las náuseas empezaron a aparecer.

Claro está, no entiendo a los hombres. Deberían venir con instrucciones previas o algo así. Tampoco entiendo el por qué de su descuido higiénico en algunos. Supongo que a veces es culpa de la madre: Si ésta fue sucia y no le enseño a su hijo a bañarse todos los días, entonces hay que decir “pobre pibe, la vieja no le enseñó y no sabe” aunque tampoco es excusa porque se lo debió haber dicho algún amigo, maestra o profesor en su momento. Si hay confianza, a alguien se le debe haber escapado la frase: “Che, ¡bañáte! ¿No te das cuenta que olés a mierda?” y con eso bastaría para que aprenda y se bañe todos los días. Pero en los casos en que la madre no tiene culpa sino que el hijo es roñoso y no hace caso a lo que se le dice, entonces deberían agarrarlo a la fuerza entre los amigos (no hay chance que una chica se anime) y ponerlo bajo la ducha y darle una buena lavada a ver si deja de oler feo (Especialmente a bolas).Después de todo esto, le encontré un fina estas hojas, recuerdos, tal vez algo más, porque no, mi experiencia contada desde lo mas profundo de mi, para mi.

Me quedé pensando en la idea de “péguenle a los hombres que es gratis”. No es que quiera demostrar que son todos iguales, pero no lo puedo evitar, eso me pasó a mí.

Ben Elton marcó un cambio importante en mí, es uno más de mis predilectos, algo diferente a lo que sigo, pero al menos los otros siguen un simple esquema: Novelas y cuentos. Las novelas divididas por sus capítulos. Pero Ben Elton armó una especie de novela, cuanto súper largo, sin división, o al menos estaba dividida interiormente, con el correr de las páginas te dabas cuenta. Este escritor es diferente de Sábato y Cortázar pero me causa lo mismo que ellos: escribir. Pero no son los únicos, hay una lista larga que no tengo ganas de nombrar pero creo que con el tiempo los llamaré a mi memoria. Al recordarlos note que no sólo me vienen sus libros a la mente sino también mis historias, sueños (en su momento), aspiraciones (nada de narcóticos) y la cantidad de palabras unidas en oraciones, estampadas en hojas de cuaderno guardados en el olvido.

¿Por qué será que cada vez que empiezo con un cuaderno ajeno a lo académico termino por abandonarlo incompleto? (Que extraño, odio las preguntas largas y me encuentro escribiendo una yo misma.)

Tengo mi pared llena de hojas blancas gigantes (afiches) las que bauticé “The Fuel” (la gasolina, el combustible). Ahí esta lleno de frases y pensamientos que surgen y, cuando no sé donde anotarlo ahí terminan. Son las cosas que me ayudan a seguir, que me sirven como inspiración para canciones y poesías (si, soy compositora pero para mi misma).

Hace un par de semanas arranqué dos afiches blancos llenos de pensamientos, sentimientos y planes a futuro con un chico. Lo más triste es que me sé de memoria que decían así que no valió la pena quemarlo.

Ahora mismo observo esa pared sentada en mi desecha cama. Es mas, observo todo: la ropa, mis libros, peluches, espejo, maquillaje, cosas de la universidad que tengo que estudiar, zapatos, dibujos hechos por mi (un verdadero desastre) y veo esas fotos del 2004 en Bariloche, esos cuadros colgados con gente que apenas veo. Me di cuenta que cada vez me olvido de mas cosas de esa semana. Es alarmante.

Me encontré con una clave de sol dibujada y me pongo a pensar: Amo la música, bailar (solo puedo hacer coreografías de algún video e inventar las mías propias) pero el problema es que, por mas que escriba lyrics, no se cantar. Bueno, todo el mundo sabe cantar, bien o mal, pero sabe. Yo si canto es probable que deje sordo a alguien, haga que un perro se suicide y que un deprimido necesite el triple de medicamentos. Creo que lo que si es seguro es que alguien me cuelgue (o casi) el teléfono.

-Cuando tengamos a nuestros hijos no les cantes- me dijo entre risas

No sabía si reír o llorar. Así que me limite a la cambiar el rumbo de la conversación.

Otra cosa deprimente. Dos de la tarde con dos minutos. Mi estado: En pijama, despeinada, en la cama con café en mano. Motivo: No tengo ganas de nada. Solo de meditar y tratar de ordenar mis ideas. Ahí esta lo gracioso ¡Soy un desorden andante! Mi habitación dora ordenada dos minutos (si estoy, sino solo dura el tiempo que no este afuera hasta que llegue), mis ataques de ordenar todo solo se dan una vez por mes (como el viejo abuelo Andrés) y para colmo si dura un día el orden es mucho decir. Entonces: ¿Cómo pretendo ordenar mi cabeza? Imposible pero lo intento.

Mi mamá piensa que estoy loca. Medio mundo piensa eso. Hola yo que lee la tinta en la hoja, único otro yo. Millones de yo. Si estoy loca, le hablo a una hoja que pienso que tiene en su composición mis yo encerrados, esos perdidos en el tiempo, enterrados en el olvido.

¿Quién era en verdad? ¿Cómo era antes? No me acuerdo. Me convertí en un ente obsoleto que no sabe hacer otra cosa más que la rutina.

“Res sunt ergo cogito”. (Pienso, luego existo). Hay veces que pienso que es así, pero, muchas veces no pienso, por ende no fui inexistente como dice esa frase así que esta errada, al menos (le busque la cola al huevo o algo así) que se la vea solamente en el sentido mentas de las personas, el existir como persona libre e inteligente depende del pensar por sí mismo. El que no piensa no existe como ser único e individual y es parte de la masa (como las vacas, todos lo mismo) este ser es manipulable con facilidad.

Mira a lo que llegue, desde el comienzo de mi autodescubrimiento (decidí que era eso también, ahora no se por qué), pase de mis intentos de denominación de esta cosa, por mis primera idea sobre el sexo masculino, por mi experiencia, los autores que me marcan, mis sentimientos (leve aparición, raro), mis limitaciones y atributos, mi locura y mis ideas y pensamientos con respecto a muchas cosas.*¡Wow! Me vino a ver mi mamá.

-¿Todavía seguís escribiendo?- su cara de “le pegó fuerte algo para que lleve así 2 horas”

Me limite a asentir con la cabeza para que no se quede parloteando como loro y me distraiga, pero ya tengo distracción aunque la puerta este semi cerrada. Mi abuela, es su habitación pegada a la mía, esta mirando los almuerzos de Mirtha Legrand. Maldita vieja decrépita sumamente estirada y llena de plástico en su asqueroso cuerpo que mantiene con la plata que saca de ese bendito programa de mierda. No para de hablar, es una estúpida que vive en su burbuja y como es importante porque lleva 40 años con esta porquería del mediodía todos los lameculos de la tele la idolatran.

Ya está, es el colmo, me puse a hablar de los medios, corté polea. Es mejor descansar y ponerme a hacer algo.Demás esta decir que me deprimí y enojé.

viernes, 27 de junio de 2008

Historia de un solitario II y III

Por Gaara

Lagrimas sin sentido.
* Kail cogió su libreta y comenzó a escribir sus recuerdos mas recientes y los cuales fueron su prisión para toda esa vida de soledad y amargura: *
14 de Mayo.
-Era una mañana como cualquier otra yo iba tranquilamente por la calle dirigiéndome al instituto para comenzar las clases cuando de repente por un error del destino me crucé con ella... Jennifer; la chica mas guapa y lista de todo nuestro instituto; al parecer ella iba también a clase pero para mi desgracia no iba sola si no con Jim su novio... Uno de esos chulos que cualquier día por verte te dan una paliza... yo para evitar tal confrontación decidí esconderme en un callejón asta que ellos pasaran y no tuviese problemas con Jim.

- Llegue al instituto un poco tarde y el portero casi no me deja entrar para variar me pasaba eso todas las mañanas....
* Kail dejo de escribir al recordase de todo eso y comenzó a llorar abiertamente con un dolor increíble... ; sus lagrimas iban cayendo sobre la libreta y mojando las hojas y corriendo la tinta mientras por todo eso todo quedaba mal... Kail se sentó en el suelo una vez mas y comenzó a llorar.... *


¿Soluciones?
*Kail seguía llorando como si le fuesen a arrancar el alma después de todo eso Kail se quedo dormido exhausto por el cansancio....; al día siguiente Kail se despertó por el rico olor de las tostadas de su madre ... al ver que estaban encima de sus notas y escritorios decidió comer y recuperar fuerzas tras esos días tan duros y agotadores...

*- Tengo que intentarlo por ultima vez.... (pensó Kail)*

Al decir estas palabras salto a la ducha y se preparo para otro día largo en el instituto....*

*Kail bien arreglado y bien limpio decidió irse para el instituto a enfrentarse a toda esa soledad....*

miércoles, 25 de junio de 2008

Historia de un solitario I

Historia de un solitario
por: Gaara
*

-No recomendado para menores de 13 años.
-FansFic: Basado en historias sobre la adolescencia.
-Sinopsis: Trata sobre un joven llamado Kail y sus problemas en el día a día y como intentara arreglarlos....Cartas de un Solitario.

Yacía junto a la cama de su habitación mientras pensaba una y otra vez la loca y posible idea que le pasaba por la cabeza....“¿Por que esta vida tan solitaria?” “¿Por qué no podía ser como los demás? “Ir de tiendas, salir con sus amigos, conocer gente...; acaso había echo algo malo para que tuviese el peor castigo que tiene un hombre... la soledad... Solo recordaba las ultimas palabras que tuvo con una persona cercana y fueron..“
-Hasta Mañana Kail... “Eso fue la ultima palabra dirigida hacia el ... después de eso estuvo solo asta el actual momento de su vida....Kail se pasaba los días encerrados en su habitación... solo pensando y despreciando la vida como ningún ser humano lo había echo y su única manera de supervivencia era la misma esperanza con la que se acostaba y se levantaba...“Esto es solo un sueño; solo una horrible pesadilla de la cual pronto voy a despertar....”Ya habían pasado 5 días desde que Kail falto al instituto y tuviese ese ultimo contacto con su compañero de Instituto Benn .... desde entonces estuvo encerrado sin salir tan siquiera para comer beber o cualquier otra cosa....Exhausto aburrido y muy débil Kail decidió escribir un relato muy triste pero a la misma vez muy acogedor.....

lunes, 23 de junio de 2008

Atrévete, III

Por: Zarika Black

Cap III
Leginath caminaba de un lado a otro en una de las torres de la mansión. Tenía la vista fija en los movimientos de los hombres-lobo, parecían estar admirando la enorme casa, parecía, simplemente, una visita no guiada, pero su larga existencia le había demostrado que no tenía que fiarse de lo que parecía.Y esta intranquilo.En su mano reposaba un arco, y a sus pies, un carcaj repleto de flechas envenenadas, fabricadas especialmente para ellos. Mientras que a su lado, cinco humanos completamente armados, aguardaban sus órdenes de defensa y contraataque. Eran sólo cinco humanos de los 200 que había ido coleccionando en esa época, con los que se divertía, los cuales estaba dispuestos en guardia por toda la mansión.¿Qué buscaban? Seguía sin saberlo. Recordó que si fuera humano, de los nervios, se habría comido prácticamente todas las uñas. Sonrió ante ese pensamiento inconscientemente.Pero la sonrisa no le duró mucho, una furia había crecido dentro de él, amenazando con destruir todo a su paso.Divisó con gran agudeza dos sombras, que habían salido de alguna puerta secreta de la mansión, dirigiéndose hacia las verjas con gran rapidez. Una era un Satego, les gustaba alimentarse de los muertos, o por el contrario, se comían los órganos de los vivos, eran seres despreciables, poseían una fuerza impresionante, eran enormes, su poder residía en sus garras, afiladas y letales. Pero lo que encendió en él la furia fue lo que el Satego amenaza con una de sus garras, obligándola a caminar delante de él. Era Ankhara, cuya expresión era del más puro asco. - ¡No ataquéis! – Ordenó a sus siervos, puesto que ya habían empezado a tensar y a fijar su objetivo, el Satego.- No me gustaría quedarme sin juguete. – susurró para sí, entornando sus fríos ojos, dibujando una sonrisa sádica en su pálido rostro, disponiéndose a saltar de la torre.Con un salto limpio desde la torre, sin quitar la mirada del Satego y de Ankhara, se acercó velozmente, por detrás de éstos, amenazante.- Oye, ¿cómo te cuidas las garras?, digo, tu estilista tiene que tener mucha paciencia contigo… Oyó decir a Ankhara. En otras circunstancias hubiera soltado una gran carcajada, pero al ver cómo el Satego clavaba un poco más sus garras en su delicado cuello, su furia interna aumentó hasta el punto de que sus ojos fueron dos perfectos pilares oscuros de puro odio.- Eh, que sólo era una pregunta inocente, si te hubiera preguntado cada cuanto te duchas sería otra cosa…Ella sabía que él estaba siguiéndoles, lo sentía, y no se le ocurría otra cosa que burlarse aún más del Satego. ¿Cómo no?Ahora estaba seguro de que los hombres-lobo sólo era una distracción. Aunque lo raro de todo eso era que ¿desde cuándo un Satego trabajaba con Hombres-lobo?El Satego bufó. Y después, todo se oscureció.

sábado, 21 de junio de 2008

Atrévete, II

Por: Zarika Black

Cap II
Pudo respirar con normalidad cuando ya hubo dejado a Ankhara en su habitación, corrido las cortinas, y dar la voz de alarma, para que sus siervos se prepararan para la defensa.Antes de dejar a Ankhara, la observó con dulzura, y después, sin mirar atrás, salió del cuarto, cerrando la puerta con llave.Eran tres, enormes, de más de dos metros, peludos, grandes mandíbulas, y afilados colmillos… hombres-lobo. Se encontraban vigilando el interior de la mansión, desde el otro lado de las verjas. Al parecer no tenían orden de atacar la mansión, o al menos, el líder no la había dado.Leginath los estudiaba. Se fijó en que parecían estar perdidos, pero eso no le impedía ver, que más allá, sólo era un plan para distraer al enemigo, para hacer que bajase la guardia. Estaba furioso…No entendía el por qué de su “visita”, no creía tener nada de valor, al menos, no para ellos. Sabía, por experiencia, que los hombres-lobo no trabajan nunca en números tan reducidos. Algo los había conducido hasta su mansión, y él iba a averiguarlo. Se desperezó, abrió los ojos y se incorporó para tener una visión más amplia del lugar en donde se encontraba. Observó la habitación, era la de Leginath, tan oscura como él.Le pareció extraño que no se encontrara intentando torturarla de nuevo, por lo que se asomó en su rostro una expresión de desconcierto. Estaba agotada, necesitaba descansar.Algo la distrajo, había oído un rugido, peligroso sin duda, pero denotaba satisfacción. Y una cosa tuvo clara, no era Leginath. Se puso en pie de un salto, observó la puerta de reojo, y se dirigió hacia el armario donde el vampiro guardaba sus armas personales de último recurso.Volvió a oír el rugido, pero esta vez en ese mismo pasillo, y lo que fuese que lo haya producido, era enorme. Agudizó su oído y percibió sus pasos. Cerró sus ojos y lo vio en su mente; su aspecto feroz… Su hambre.Obviamente, eso no era una nueva mascota de Leginath, más que nada porque él ya habría hecho alguna presentación más adecuada, como encerrarla con él en una habitación de torturas, con un tenedor para poder defenderse, o algo por el estilo.Entreabrió los labios, respiró lentamente, con los ojos bien abiertos, y abrió la puerta del armario. Éste era tan grande como para caber ella dentro, entonces se metió en él.Se concentró y vio la puerta de la habitación abrirse, lo que no vio fue quién la había abierto. De lo que sí estaba totalmente segura era de que no era humano, puesto que desprendía un olor a sangre reciente, sangre caliente. Y su corazón hacía mucho tiempo que había dejado de latir.Ahogó un grito cuando se vio desprotegida al abrirse la puerta del armario, quedando ante él.

sábado, 14 de junio de 2008

Atrévete

Por: Zarina Black de VLM

Sogas, atadas fuertemente a su cuerpo, la inmovilizaban por completo. En ese momento no lograba pensar nada, simplemente estaba ausente, dejando que el dolor la consumiera por dentro, el dolor de esas cuerdas que la mantenían prisionera. Le pareció que un rayo de luz atravesaba la ventana completamente cubierta por una sábana, pero fue su débil, ahora, imaginación. Intentaba respirar profundamente, pero la soga que tenía al cuello se lo impedía.Ya llevaba más de cuatro horas así, tumbada en una cama deshecha, atada de arriba abajo, con los ojos vendados, excepto los labios, por donde un frágil aliento parecía surgir.Oyó unos pasos, y después la puerta se abrió.Mantenía los cinco sentido alerta, sobretodo agudizaba el oído, ante cualquier acercamiento posible. Sintió que la levantaban, la cargaron al hombro de algún ser, y después se la llevaron de la sucia habitación.Desde su lugar se podía contemplar la luna, tranquilamente, sin molestia alguna. No había nubes esa noche, parecían haberse escondido, por miedo, al predecir lo que ésa noche podría llegar a ocurrir…Se volteó para observar como uno de sus siervos traía, en sus brazos, un bulto, cubierto por una manta de terciopelo, negra.Sonrió con maldad, y esperó a que llegaran hasta él. Cuando esto sucedió, el siervo dejó a la joven, con cuidado, en Tierra firme, para después, con una leve inclinación de cabeza hacia su amo, retornar de donde vino.Era pálido, de largo cabello, negro, al igual que sus ojos. Vestía ropas oscuras, acompañada de una capa también oscura, que ahora se mecía al compás del viento. Unos colmillos se rebelaban entre sus labios. Un vampiro.Se agachó, despacio, hacia el bulto inmóvil que había en tierra, y con un rápido movimiento, quitó la manta que cubría a la joven.La tenía a su merced…La observó, deleitándose con su visión: estaba quieta; el pelo, de un rojo hipnotizante, desparramado por todas partes; acurrucada, abrazándose a sí misma, dándose calor; el ligero vestido que llevaba (negro, de terciopelo, largo, al igual que sus mangas anchas) estaba sucio, y roto por algunos lugares; su cuerpo, con magulladuras por muchas partes a causa de las sogas que la ataban, parecía estar temblando, pero, lo mejor de todo, eran sus ojos, grises, puestos con decisión, rabia y furia, en los de él. La tenía casi a su merced…Ya no estaba atada, y aun así, no parecía querer moverse.- ¿Qué tal tu estancia en la suite que preparé especialmente para ti, querida?- preguntó con fingida inocencia.Ella no contestó, seguía consumiendo al vampiro con su mirada, poco a poco.- Si no dejas de mirarme así, tendré que arrancarte los ojos.No respondió.- Oh vamos, no quisiera hacerlo, sabes que adoro tus bellos, y delicados ojos… El vampiro comenzaba a molestarse. No aguantaba ese aire de rebeldía y fuerza que emanaba de toda ella, especialmente desde sus ojos.- Podría hacerte algo peor, sabes que podría… Quizá bebería de ti, para luego dejarte, abandonada, para que te desangraras, lentamente y…Ella le interrumpió.- Si quisieras hacerme algo, ya lo habrías hecho.- dijo con voz firme, calmada.Él se sorprendió, más ocultó esa sorpresa, detrás de una máscara de frío odio. En menos de un segundo, se agachó y, cogiéndola por el cuello, la levantó a más de un palmo del suelo.- No hagas que me enfada, Ankhara, sabes que no es recomendable…Ankhara intentaba hablar, pero las palabras no conseguían salir, le costaba respirar. Finalmente habló…- También sabrás, muy bien por cierto, que eso no funciona conmigo…Las lágrimas inundaban sus ojos, puesto que la sangre no le llegaba al cerebro. Mas no dejó que éstas se escaparan.- Leginath… - susurró, apunto de perder el sentido.Leginath la soltó, bajándola hasta que sus pies rozaron el suelo, pero, al quedarse sin fuerzas, no puedo sostenerse y se tambaleó, peligrosamente, hacia la tierra. No cayó…El vampiro la sujetó fuertemente por la cintura, acercándola hacia él, aspirando su perfume, contemplando ese rostro sereno.Unos ruidos, lejanos, lo alertaron. Eran pisadas, de algo grande, que se movía con gran rapidez hacia donde ellos se encontraban. Y no parecía haber uno solo, sino que detrás de él venían un par más.Leginath se giró rápidamente, y observó, a no muy lejana distancia, su mansión. No lo pensó dos veces, cogió a Ankhara en brazos, y con una rapidez sobrenatural “voló” hasta las verjas que protegían su mansión.