miércoles, 27 de octubre de 2010

Encuentros - Nosotros

ENCUENTROS
Una historia de Imposibles

Nosotros
[Recomendación: Música 2]

“No, simplemente no lo entiendo. Explícame. ¿Qué pasó?”Las lágrimas salían a borbotones, por más que ella no lo desease, en su mente se recordaba que había siempre que guardar la compostura y más en estos momentos, pero la verdad es que a veces no se puede. “Es que es eso precisamente, no lo entenderás hasta que pases por ello, aún eres una niña.” A Rocío y Rafael les había llegado el momento. Rocío no lo podía creer, por qué ella, qué había hecho mal, hizo tanto por estar con él, quizá había otra o quizá de verdad no entendía. Rafael sabía que era lo mejor, no quería hacerle daño; la quería, pero no como novia, la quería como amiga, como hermana y la cuidaría siempre, o eso intentaría, ella era especial, era divertida y única, pero era una niña. Rocío no tenía la presión que él sí, él no sabía cómo sobrellevarlo, esa era la verdad. “Amor de verano”, le dijeron sus amigos. Sin embargo, ella si lo quería de verdad. Dicen que el primer amor siempre duele. ¿Ustedes creen?

Oía su voz en el viento, en la tele, en las canciones de su reproductor. Sus amigas le dijeron que se calmara, que pronto pasaría. “Sonríe, Rocío. No vale la pena”, le repetían. Algún día pasaría y se reiría de todo eso, con ese pensamiento pasaba las noches. Su hermana mayor la miraba entendiéndola, después de todo ella había pasado casi por lo mismo.

Se lo había dicho a papá de manera tan natural. Rocío conocía la historia de su hermana, por eso un día se armó de valor y le pidió que por favor, las llevara y cumpliera su sueño por unos días. Claudia lo había conocido como ella a él y todo había terminado casi igual, salvo que ambos estuvieron de acuerdo de eso. “¿Por qué?”, siempre se preguntó Rocío. “¿Tan difícil es explicar? ¿Tan complicado es entender?” Sus amigas la entendían y los amigos de él siempre parecieron estar de acuerdo con todo, no tenían objeción alguna y salían todos en grupo y comían y se divertían… y terminó el cole y él el primer ciclo y todo llegó al fin. Y ella solo quería olvidar y crecer y ser grande y gritar y preguntarle… y saber. Quería seguir recordando, cerró los ojos.

“-Oye, ya no te veo… ¿ya no vas por ahí o qué? –No tengo tiempo –Sí, claro Rafael… dicen por ahí que no quieres volverte a aparecer por ese lugar. – ¡Crece! Eso es solo un juego de niños. -¿Lo de Rocío solo fue para ti un juego de niños? Esa es la verdadera razón por la que no regresas, ¿verdad? Parece que si te afectó y no fue un amor de verano. –Tengo que estudiar…” Tocaba por las noches para callar sus pensamientos, estudiaba de día; daba todo de sí. Salía con sus nuevos amigos, con sus nuevas novias, platicaba a más no poder… Y sí, la verdadera razón por la que no volvía era ella. La había jodido tanto y no había más nada que hacer. Rafael seguiría creciendo y olvidando y siendo él mismo todo el tiempo, o al menos intentaría serlo.

¡Tatiana calla! Rocío se sonrojaba gritando por reacción, antes de darse que él estaba allí también, riéndose, acercándose… ¿jugando? No, se acercaba y se acercaba y... Los habían dejado solos a propósito, esa fue la primera vez que estuvieron solos de verdad. Esa vez, su primer beso, su primer amor. Todos estaban afuera y ellos dentro del automóvil y sabía que se estaban demorando a propósito. Había silencio absoluto y ella se sonrojaba cada vez más, él no dejaba de mirarla y no sabía de qué hablarle, solo se limitaba a contestar rápidamente lo que él le decía mirando al piso. Amaba esa sonrisa que no estaba viendo, pero que sentía. “¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!” Los chicos estaban afuera, cámara suelta, aplaudiendo y gritando desenfrenadamente. Rocío volteó a ver a Rafael, quien se reía con ellos, los que seguían gritando y gritando… “¡Tatiana calla! ¡Cállense!” gritaba desde el automóvil, demasiado nerviosa para poder salir y sin saber donde esconderse, sin darse cuenta que él estaba tras ella, demasiado cerca… sentía su respiración a mil por hora, su corazón en la boca, él estaba tras ella, el perfume y el silencio y la mirada de ellos lo delataba… “¡T…!”

Recordar todo ello, lo hacía sentir una “mierda”, un desgraciado. Aunque, en ese momento ella no era solo “la chica a quien le gusto”, ella era real y la quería para él… y la quería en una urna de cristal, ‘his princess’, la hermosa niña de cabellera negra y de ojos rasgados a quién amaría por siempre. Los amigos de ella, los que antes tenían en común, ahora lo detestaban y ni siquiera le dirigían la palabra. El huía. Se sentía tan cobarde, se preguntaba cómo aquellos que llegaron a pasar por esa misma situación sobrevivieron y él no. Sólo le quedaba esconderse, correr…

“-¿O sea, que él te dejó y todo es un juego de niños? –No, la verdad es que ya lo entiendo. –Por favor, ni siquiera les hablas a los que como tú, están aquí y participan o participaban en ello. –Déjame tranquila, es mi problema. –Al menos ya lo superaste –Sí, y tú quieres volverme hacer pensar en ello. Rafael ya no es nada para mí, él fue lo mejor que me pasó en la vida, mi primer amor, mi primer beso. Pero ya terminó, me mudé, tengo nuevos amigos, nuevo instituto, nueva casa… Todo eso ya lo quiero olvidar, eso es pasado.

Si la volvía a ver, le pediría perdón y la abrazaría y le diría que sí la quiso, que quizá deberían volver a intentarlo. ¡Su cumpleaños! El cumpleaños de Rocío estaba cerca y él iría con ella y le pediría perdón y podría sonreír tranquilo. Pero tendría que trabajar mucho, y buscarla y encontrarla. Tendría que contactar a todos su ex-conocidos por si aún tienen algún contacto con ella. Rocío, la chica a quien tanto quería, la chica que le gustó por mucho tiempo, su cabello largo y negro, ella siempre era risueña y divertida ¿habría cambiado algo? Todo valía la pena, todo por volver a verlos, a esos ojos rasgados…
…continuará.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Encuentros - Espera

ENCUENTROS
Una historia de imposibles

Espera
[Recomendación: Música 1]

Esperanza tenía 8 años cuando lo vio por primera vez, el niño de los ojitos color miel, el cual vestía de estilo elegante y encantador. Ambos lo hacían, solo que a diferencia de él, ella llevaba un vestido amarillo pastel, largo y de princesa. Nunca se vio así, la idea le había parecido siempre completamente estúpida- “Cliché”-. Y Él… Él estaba allí, danzaba con ella, sonreía con ella; los dos juntos estaban en un salón con muchas personas a las cuáles no conocía y las cuáles, en verdad, no importaban. Sólo eran Él y ella, ambos y la música, se miraban y sólo interesaba aquello, lo que sentían y de nuevo, “Cliché”…

Siete años después, aún lo recordaba, aún soñaba con Él, aquel desconocido de su sueño preferido, el muchacho de los sueños de cada 22 de cada mes (si no fuera por su diario jamás se hubiera dado cuenta de aquella coincidencia), tan solo es que añoraba ese momento. “Ricitos” como le decían sus amigos por la forma de sus cabellos, soñadora y engreída como ella sola, paseaba todos los jueves por el mismo parque a la misma hora, siempre escuchando música en su mente, tarareándola y riéndose de ella misma por hacerlo. ¿Quién era Él? Nunca lo había visto en su vida, jamás se lo había cruzado pero “esa” sonrisa la hacía sentir tan bien, inexplicable. Ese asiento del parque la hacía en verdad pensar, meditar, soñar. Además de que había tenido más sueños como este y algunos con más detalles, sin embargo nunca pudo verle el rostro completo, veía todo por partes: sus ojos, son sonrisa infinita, de nuevo su mirada, a él a lo lejos, con ella, los pies, el movimiento… podía sentir la brisa de ese instante con solo rememorarlo. En fin, en este sueño, ella lloraba y sonreía…se veía asimisma feliz y triste. ‘¿Por qué yo lloraba? ¿Por qué río y lloro? ¿Qué pasó con él?’ Y todo estaba en su mente, el danzar y la música de piano, y el ver el movimiento de sus pies…

-¿Puedo sentarme?- Esperanza volvió rápidamente de sus pensamientos y su fortaleza mental y de todo para verlo, invadir su mundo. “¿Qué clase de persona será?, ¿debería irme?”. Tenía recelo para con aquellos que se presentaban cubriéndose el rostro, sin embargó asintió con la cabeza, después de todo, si hubiese querido hacerle daño ya lo hubiese hecho. Pero era su jueves, su parque, su silla ¿por qué allí se tuvo que sentar ese extraño? Y de nuevo a soñar… era como si él no estuviese allí, a pesar de que si lo estaba. El viento cambio de dirección, ahora corría de donde se ubicaba Él hacia Ella, el perfume era diferente. “Este lugar es fenomenal, se podrían hacer muchas cosas… Ah, verdad, disculpa que te haya asustado o sacado de tus pensamientos, parecías tan ensimismada en lo tuyo…” La primera vez que le había hablado, no se había percatado del extraño acento de él, era divertido y atractivo. “No te preocupes, de alguna u otra manera siempre me sucede…” le respondió pensativa. “Siempre vengo los martes y me siento aquí a reflexionar, pensar…o simplemente a admirar todo esto; pero no sé por qué hoy vine… y definitivamente hoy jueves, se ve, se siente mucho mejor todo.” Él parecía tener ganas de platicar, pero la verdad ella no sentía ánimos de hacerlo. “Este lugar es magnífico”, seguía él, “…podría hasta grabar con todo esto, un videoclip…”

“Estás loco”, reaccionó Ella. “Deja a este hermoso parque así… aunque ya me picó el bichito de la curiosidad, ¿qué evento grabarías aquí?” Y Ella sólo recibió silencio, y fue aquello lo que le provocó volver a soñar...Recordar una y otra vez el sueño de los 22, donde ella era tristemente feliz y donde todo estaba bien, pero cada vez que intentaba soñar despierta con aquel mundo, se le olvidaban más detalles; al punto de pensar que sí, que alguna vez lo había visto de verdad y que le había gustado tanto que lo recordaba a cada segundo, y poco a poco se le fue olvidando… Lo fue olvidando, hasta solo ser capaz de recordar aquellos ojos color miel que la hacían vibrar por dentro. Esperanza suspiró y la nostalgia de aquel suceso imposible, que sólo en películas de-lo-peor-románticas sucedería… Se reía de la idea que se le cruzaba por la mente, al recordar al extraño del lado derecho. No había cabida para eso, es imposible. Es decir, por qué justo en aquel momento, en aquel lugar, 7 años después… se le tendría que aparecer Él de esa manera. ¡Imposible! “Y si lo fuera, sería ridículo… ¿o no?” Zapatos de cristal, brujas, cuentos, príncipes, bailes y demás sólo ocurren en los libros que se quieren vender, en los libros para niños, en las películas comunes… “¡Eso no es para mí!”. Pensamientos iban y venían, el frío empezaba a sentirse, el viento, su aliado en algunos momentos, empeoraba y pasó de ser una suave brisa a un viento que en cualquier momento la elevaría por los cielos. La ciudad se hacía de noche. Finalmente, él respondió rompiendo el silencio y los sueños de Esperanza. “Esa respuesta es simple, grabaría, pues tiene que ser recordado por la eternidad, un baile.”

Reacción tardía mostró la joven, su piel se erizó y palideció por el segundo que duró el que él diga la palabra, suspiró una vez más… mostrando cansancio. “¿Qué?, ¿qué tiene?”, cuestionó el extraño. “Nada, solo que estaba pensando en ello y…”, no la dejó terminar y él empezó a reírse. “¿O sea que te leí la mente?”, le preguntó deteniendo la risa. El viento se calmó y con él, los nervios de ella. Le iba responder pero él se le adelantó preguntándole: “¿Quieres bailar?”

“¡Aquí no hay música!” contestó impulsivamente ella, mirando hacia otro lado. “O sea que si sí hubiera, ¿bailarías conmigo?”. “No”. “¿No bailarías conmigo?”. “No, no es eso, es que...” Él sonrió, pero ella no tenía excusa, sólo no sabía… “Ya no te preocupes, sólo que…” Él se puso melancólico y ella lo notó, lo miró desde donde estaba. Después de todo era un extraño, no podía acercársele así nada más… “Si deseas, bailamos… ¿qué pasó?”, ella no podía evitar el sentirse algo culpable. “No, nada… y ya te dije que no te preocuparás.” “¿En serio?”, hizo ademán de levantarse pero él la detuvo. “No, creo que debería contárselo a alguien y como no me conoces, sería perfecto. ¿No te molesta, verdad?” Ella dudó por un segundo, pero terminó aceptando. “He estado en muchos lugares… Sabes, yo no soy de aquí y la verdad no creo que regrese, ya no puedo... En fin, he estado muchos lugares por un sueño.” Ella se estremeció porque su idea loca y arrebatada se le seguía cruzando por la mente. Se repetía lo imposible que era, mientras lo escuchaba, además de que podrían ser miles de sueños… “Era oscuro y bello, no hacía mucho frío, ni mucho calor. Todo era perfecto. Jamás en la vida he usado un traje, ni lo pienso hacer, pero… en el sueño yo tenía uno y Ella vestía igual, obvio con vestido y todo. Es un sueño tonto que tuve a los 8 años. Nunca la he visto bien y nunca creo encontrarla. ¿Por qué he viajado tanto? Porque la necesito, necesito encontrarla y preguntarle muchas cosas… quiero un porqué. Así que la busqué allá y no la encontré, la busqué en otros lados y lo mismo sucedió, por mi la buscaría hasta el final del mundo, pero, como te dije ya no puedo viajar más. Hoy me voy de aquí, esa es la verdad, mi vuelo sale en unas horas y quería visitar este lugar que tanto me ha gustado, que tanto me la ha recordado. Te podrá sonar de lo más estúpido y bobo, pero vine buscándola, es todo, vine por Ella.”

…continuará

sábado, 16 de octubre de 2010

Encuentros

Otro fic que he empezado hace tiempo, pero creo que por ahora dejaré...

ENCUENTROS.
10 historias de encuentros y desencuentros, de historias de amor y fantasía, de imposibles y..

Lista de capítulos.
Cap 1 - H1 - Espera
Cap 2 - H2 - Nosotros