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SECUESTRADA III
- Por favor tiene que ayudarme, tiene que llevarme a la policía, un tipo me ha secuestrado, por favor ayud….
Pero el conductor no iba hacer eso, todo lo contrario…Juan bajo rápidamente del coche, pero ella consiguió ser mas rápida y corrió carretera adelante seguida de cerca por él.
- Miriam no lo vas a conseguir, no podrás huir de mi – pero ella seguía corriendo y corriendo hasta que vio aparecer unas luces a lo lejos….
Dios estaba salvada, venía un coche… siguió corriendo con mas fuerza, pero cuando ya se sentía casi a salvo Juan se abalanzo sobre ella y rodaron los dos por la pendiente de la cuneta.; el coche se detuvo arriba y alguien salio intentando atisbar en la oscuridad lo que creía haber visto. Miriam intento llamar su atención pero Juan no se lo permitió, la tenía inmovilizada bajo su cuerpo, era demasiado fuerte para poder con él, después de unos interminables segundos el coche desapareció y él la libero de su peso.
- ¿Dónde ibas?- le increpó levantándola del suelo
- Suéltame, solo quería ir a casa, déjame – le gritaba forcejeando.
- Cuando vas a entenderlo, no vas a ir a ninguna parte. Mírate estas temblando vas a coger una pulmonía – dijo abrazándola para hacerla entrar en calor, entonces Miriam vio su oportunidad y le propino un rodillazo en sus partes que le hizo soltarla y doblarse, pero se recupero antes de lo previsto y cuando iba a escapar él la inmovilizo sujetándola fuertemente con ambos brazos a la espalda y tan cerca de él que sus respiraciones se entremezclaban, ella apenas tocaba el suelo de puntillas.
- ¿Por qué has hecho eso?- le dijo jadeando por el dolor
- Quiero irme. Suéltame – contesto mientras le resbalaban lagrimas de rabia por las mejillas.Pero él pareció no oírla, se quedo mirándola con ojos encendidos por el deseo.
- Con que eso es lo que quieres ¿No?, pues hazlo de una vez y déjame.Juan la beso salvajemente.
- Aun no, no hasta que tu me lo supliques. Conseguiré que te enamores de mi, ya lo veras.Después le ato las manos a la espalda y la llevó casi arrastras hasta el coche, porque ella no dejaba de revolverse.
- Vamos Miriam tranquilita, tómatelo como unas vacaciones, cuanto más luches más tiempo estarás en esta situación.
- Pero como puedes decir eso, estas loco.- dijo enfrentándole – Me retienes en contra de mi voluntad, me amenazas de muerte y encima pretendes obligarme a enamorarme de ti… por favor despierta de una, esto es un SECUESTRO.
- Estas un poco alterada, sera mejor que te lleve a casa y descanses.
- ¿Alterada, alterada?!! Lo que estoy es aterrorizada. Nunca podré enamorarme de ti. NUNCA!!Juan no lo podía soportar, escucharla decir esas palabras le arañaban las entrañas… y eso le llevo a sujetarla de nuevo por el cuello.
- No digas eso jamás, me oyes, no lo digas nunca jamás!- le susurro al oído con una voz profunda llena de ira.Pero la aterrorizada mirada de Miriam le hizo soltarla.
- Será mejor que duermas un poco, mañana veras las cosas de forma distinta – y diciendo esto saco de la guantera u pañuelo y un frasco que Miriam reconoció enseguida.
- No, no por favor, no quiero dormir, no…- pero fue inútil luchar y en cuanto el pañuelo le toco la cara cayo en un agitado sueño.
Cuando despertó volvía a ser de día, como siguiera así acabaría adicta al cloroformo. No había ruido en la casa, pero la puerta de la habitación esta vez no estaba cerrada; salio de ella un poco mareada y con nauseas, seguía sin escuchar nada..
- Vale, pues al baño, al ventanuco y a ver al perro de nuevo – pero al subir las escaleras noto como una arcada la obligaba a correr para llegar al baño y vomitar, tenía frío y todo su cuerpo se estremecía, eso duro unos segundos y poco a poco se le fue pasando, de todas formas tampoco podía vomitar mucho, hacia mas de 24 h que no probaba bocado.
- Lo siento…- Juan estaba detrás de ella y con tan solo una toallita sobre su cuerpo mojado – si no fueras tan testaruda.
Sin duda esta bueno, si que lo esta… pero que estoy pensando, debe ser efecto del cloroformo – pero otra nausea la saco de sus pensamientos.
- Será mejor que te tumbes - se acerco a ella e intento cogerla para ayudarla
- No me toques - le aparto, pero un mareo la dejo sin fuerzas y las piernas se negaron a sostenerla… iba a caer pero él la sujeto.
- Vamos no seas cabezota, dejare que te ayude – y la bajo para tumbarla en el sofá - te voy a preparar un buen desayuno, veras con en cuanto comas algo te sientes mejor.
No tenía ganas, ni fuerzas para discutir, así pues se dejo cuidar.Juan se puso un jersey negro de cuello alto y unos vaqueros - la verdad es que no esta nada, nada mal… eso no puede estar pasando deben ser los efectos del dichoso cloroformo.Le preparo un café, tostadas y un zumo de naranja…
- Mantequilla salda ¡¡!! – se sorprendió.- Es la que te gusta, ¿no?
- Si, pero..
- Llevo mucho tiempo observándote, sé que no te gustan los champiñones, ni los guisantes; no soportas la leche entera, tu colonia es Nennuco y te gusta Opium para hombre, ¿Me equivoco?
- No, en nada; pero como has llegado a saber tanto de mí
- Llevo siguiéndote varios meses, te conozco mejor que tu: ese pelo negro y rizado, la forma que tienes de morderte el labio o tocarte la cadena cuando estas nerviosa…- intento acariciarle la mejilla pro Miriam se aparto recelosa.
- Tranquila, no voy hacerte nada…come.- dijo apartándose un poco.Ella le hizo caso y se lo comió todo, y parecía que funcionaba ya se sentía mejor.
- Te estas recuperando, ya veo que vuelve el color a tus mejillas. Ahora te voy a pedir una favor
- ¿Cuál? - pregunto ella recelosa
- Dame tiempo
- Pero como quieres que te de tiempo!!!, por favor entiende que lo que estas haciendo esta mal. Si querías salir conmigo me hubieras invitado a cenar, a salir, al cine, yo que se pero no así- dice levantándose airada.
- ¿Tú hubieras aceptado? Vamos, sé sincera. ¿Cuánto hace que no sales con un chico? ¿Cuánto hace que no das oportunidad a alguien como yo para conocerte…? – se levanta y la sigue por el salón.
- Eso no es cierto, si me lo hubieras pedido puede que te hubiera ido mejor, de esta forma no vas a conseguir nada – Miriam se sentía furiosa con él, pero no quería reconocer que tenía toda la razón.
- Crees que no es verdad? Por favor no intentes engañarme, cualquier hombre que ha intentado acercarse a ti, se ha dado de bruces con ese muro de piedra detrás del que te escondes.
- Intentas justificar lo que estas haciendo, pero no tiene justificación. Esto vuelvo a repetirte es un SECUESTRO, me estas reteniendo en contra de mi voluntad y así nunca podré enamorarme de ti.- Eso no es cierto, esto es lo más cerca que has estado de una relación en mucho tiempo y es porque te has vuelto una cobarde , te da miedo afrontar cualquier relación. Pero yo aquí voy a obligarte hacerlo, no vas a tener más remedio que afrontarla.
- Pero a ti quien te ha pedido que me salves de mí misma?- dijo empujándole furiosa – me gusta como soy y quiero seguir así.
- Así ¿cómo? ¿Siendo una solitaria amargada toda tu vida??, ¿eso es lo que quieres?- dice sujetándola por los hombros para obligarla a mirarle.
- Tengo familia, amigos y nunca me he sentido sola, ni he echado de menos a un hombre. ¿No te has parao a pensar que si soy así, mis razones tendré?.- dijo ella soltándose- De acuerdo, de acuerdo. Eso no nos lleva a ningún sitio. Si piensas que realmente no podrás enamorarte de mí, sal por esa puerta ahora.Miriam le miró estupefacta.
- Vamos, puedes salir, esta abierta…o quizás… hayas comenzado a sentir algo – dijo acariciándola el cuello.Miriam corrió hacia la puerta como alma que lleva el demonio, pero Juan no iba a dejarla escapar tan fácilmente; así cuando llegó y tiró de ella comprobó que estaba cerrada. Frenética tiró y tiró del pomo pero no consiguió nada, entonces oyó a Juan reírse a sus espaldas y la furia la dominó por completo lanzándose contra él como un torbellino.
- Eres un hijo de puta, como puedes jugar así conmigo – decía mientras le pegaba y luchaba por arañarle. Quería matarle y él no dejaba de reírse…Cuando se canso la inmovilizó contra su cuerpo y la beso apasionadamente. Ella no dejaba de revolverse bajo sus aprisionadores brazos.- Vamos cariño estate quieta, con esto lo único que haces es impacientarme.- dijo divertido- No seas cerdo. Suéltame.
- ¿Por qué, acaso no me deseas?- dijo intentando besarla de nuevo.
- Suéltame de una vez- Contéstame ¿No me deseas? ¿No te gusta mi cuerpo?
- No, solo quiero que me sueltes Ya!!
- Vamos, estas temblando y he visto tu mirada en el baño, me deseas tanto como yo a ti.- y volvió a besarla
- No, no..- grito ella forcejeando asustada
– ¿Es que no puedes pensar que tiemblo porque te tengo miedo y que se que esto no funcionara por esa misma razón?Juan la tiró de nuevo contra el sofá.
- No digas eso…- El cambio fue radical y ahora estaba realmente furioso.
- Pero es cierto – dijo Miriam calmándose e intentando razonar con él - no podré nunca enamorarme de ti porque te tengo miedo y una relación no puede basarse en el temor que yo siento, ¿lo entiendes?
- Te he dicho que no quiero oír eso – su voz era gélida y cortante.
- Lo siento pero vas a tener que afrontar que nunca seré tuya.
- No - gritó levantando la mano para abofetearla, pero al ver su aterrorizada mirada se contuvo y salió de la casa cerrando con llave.Miriam corrió hacia la puerta hecha un mar de lagrimas, aporreo, pateó y tiró de la puerta, pero todo fue inútil…al final se quedo encerrada, sola y llorando. Ese maldito capullo la habia dejado sola… no se entendía a si misma, no quería
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