Estoy sin inspiración para continuar...u.U...así que pondré una historia que me gustó...::::
SECUESTRADA
I
Miriam paseaba por las calles de escaparate en escaparate buscando las gangas de las rebajas, no compraba mucho pero le encantaba pasear por esas calles cuando ya había anochecido con la luz de las farolas iluminando el frío ambiente invernal….paseaba ajena a todo, ajena a El que la observaba desde su furgoneta aparcada muy cerca.
Le producía gran placer mirarla quedándose absorto en sus pensamientos, era la mujer que le complementaba, su media naranja, era perfecta. Pero debía hacerlo pronto, de lo contrario se volvería loco, necesitaba tenerla a su lado, poder sentir su cuerpo, el aroma de su pelo, el tacto de su piel...si no tendría que volver a salir con otra y no funcionaría porque aquellas chicas no podían compararse a ella.
Estaba sola todos sus amigos se habían ido de puente a la sierra y esta semana trabajaba de mañana librando el domingo, era la mejor oportunidad, lo haría el Sábado, eso le daría margen de 2 días hasta que la buscaran.
- Vamos Miriam libras el fin de semana porque no te vas con ellos, no tardaras mas de dos horas en llegar y sales a las tres, a las cinco puedes estar esquiando o tomándote un chocolate caliente frente a una gran chimenea y con un tío buenísimo al lado.
- No sé, no me apetece ponerme en carretera con este tiempo, solo me apetece encerrarme en casa y tumbarme bajo una manta a comer y a ver películas.
- De acuerdo como quieras, vete a casa y pásatelo bien vegetando y engordando…- Aurora le dio un abrazo a modo de despedida era sábado y comenzaba su fin de semana
– Te llamaré.La furgoneta la esperaba no lejos de allí, debía ser ahora y se fue acercando hasta parar junto a ella.- Perdona podrías decirme por donde puedo llegar a la calle Ancora?– No podía estar tan cerca de ella sin sentir que su cuerpo se tensaba.
- Si, mira esta calle hasta el final, después a la…Sus labios se movían pero él no escuchaba sus palabras, tan solo sentía su presencia…
- Perdone, ¿se ha enterado? - Pregunto Miriam sacándole de su ensimismamiento
- Si, si claro disculpe, muchas gracias ¿Quiere que la acerque a su casa, me va de camino?
- Pero no le he dicho donde vivo – se extrañó
- Lo se, perdona quería decir que si quieres puedo acercarte a tu casa, aunque no sepa donde vives claro.
- No gracias, prefiero caminar – y Miriam siguió su camino pensando que el tipo era un poco rarito.
Dios!! Casi meto la pata, no puedo creerlo, jamás he cometido un fallo…pero estar tan cerca de ella me nubla la mente, me anula por completo, tendré que tener más cuidado y tomarlo con más calma.Ya en casa coloco la compra, se puso cómoda, encendio la tele y cuando se disponía a tumbarse en el sofá llamaron a la puerta:
- No me lo puedo creer, y ahora ¿Qué? – se decía mientras abría la puerta, pero lo único que vio fueron unas manos con un pañuelo que olía a alcohol y todo se volvió negro.
- Lo siento guapa pero no puedo arriesgarme a que alguien te oiga gritar – le decía Juan mientras la llevaba dentro de la casa, le ponía el abrigo y se la echaba al hombro para bajarla hasta el garaje y meterla en su furgoneta, nadie le vería.
II(I parte)
Miriam despertó un poco mareada, sentía nauseas, estaba cansad y los ojos se negaban abrirse… cuando lo consiguió y enfoco la habitación en la que se encontraba se sobresaltó
- Tranquila, no te asustes, no voy a hacerte daño.
- ¿Dónde estoy, que me ha pasado? – Pregunta aturdida levantándose rápidamente de la cama y sintiendo un fuerte mareo.
- Vamos acuéstate aun no se te han pasado del todo los efectos del cloroformo.
- ¿Cloroformo?¿ Por qué? Pero ¿quien coño eres? – dijo dirigiéndose a la puerta y saliendo a un salón seguida de él.
- Tenía que darte la oportunidad de conocerme, se que estamos hechos el uno para el otro, pero necesitas tiempo para descubrirlo y yo te lo voy a dar.
- Pero ¿De qué estas hablando? ¡Quiero salir de aquí, quiero irme ahora!!
- No puedes tienes que tomarte tu tiempo para conocerme
- Estas loco – dijo incrédula cogiendo el teléfono.
- ¿Qué crees que vas hacer?- le dijo muy sereno
- Voy a llamar a la policía, estas loco, ¡¡esto es un secuestro!!Juan cogió el cable del teléfono y de un tirón lo arranco de la pared.
- No vas a llamara a nadie, te vas a tranquilizar y vas a darme tiempo para enamorarte – decía mientras se acercaba a ella.
Miriam estaba aterrada, no entendía nada, no era posible que aquello le estuviera pasando de verdad…pero era muy real y cuando Juan iba a tocarla echo a correr buscando una salida y pidiendo socorro.
- No te moleste, esta todo cerrado y la casa mas cercana se encuentra a unos 30 Km. No te canses, no tienes salidaPero ella no le escuchaba, seguía recorriendo la casa buscando algo que la ayudara a salir de allí… y lo encontró, su abrigo con su móvil y con el se encero en el baño.En ese mismo instante Juan cambio su actitud, la tranquilidad se esfumo dando paso a una furia casi incontrolable.
- Miriam, abre la puerta, no hagas que me enfade.
Pero ella estaba muy entretenida llamando a la policía.
- Vamos, vamos, vamos…por favor no me dejes en espera…Juan aporreaba la puerta con tanta potencia que podría arrancarla de los quicios.
- No hagas una estupidez que luego lamentes…
- Por favor tienen que ayudarme, me han secuestrado, esta loco…
- Tranquilícese señorita, ¿Dónde se encuentra? – preguntaba el policía desconcertado.
- Y yo que mierda sé…- se desesperaba ella- Por favor para ayudarla necesito saber donde está.
- Estaba drogada cuando me trajo, no sé donde estoy….le tengo aporreando la puerta y no tardará mucho en entrar, ¿qué hago por el amor de Dios?
- ¿Cuál es su nombre?Pero no le dio tiempo a contestar, Juan había tirado la puerta, le arranco el teléfono de las mano tirándolo contra la espejo y destrozándolo, mientras la sujetaba por el cuello contra la pared casi impidiéndola respirar…los pulmones le ardían y por mas que abría la boca el aire se negaba a entrar.
- ¿Cómo has podido hacerlo?, ¿Cómo?- le gritaba- eres una egoísta, no me has dado ni una sola oportunidad…pero ¿Qué problema tienes?- dijo soltándola. Miriam se doblo para permitir que sus lastimados pulmones se llenaran de aire.
- Ves lo que me obligas hacer, te he dicho que no quiero hacerte daño, pero si me obligas- dijo Juan abriendo una navaja ante los asustados ojos de ella y paseándola por sus mejilla – tendrás que aprender a respetarme, puedo ser muy cruel.
- Solo quiero que me dejes salir, no se lo diré a nadie, no iré a la policía, ni siquiera sé donde estamos…te lo juro – suplicó mientras le resbalaban lagrimas por las mejillas.
- Lo siento pero no puedo…vamos a pasar mucho tiempo juntos y vas a aprender a quererme. Tienes que darte tiempo para enamorarte de mi, y eso será por las buenas o por las malas - dijo arrastrándola hasta el salón.
- Pero ¿cómo se te ocurre? Estas loco! No puedes retenerme aquí, no puedes obligarme a enamorarme de ti.- le gritaba mientras forcejeaba con él
- Claro que puedo, cuando lleves unas semanas conmigo, sabrás que lo puedo todo- dijo tirándola en el sofá.
- Me buscaran, denunciaran mi desaparición ala policía, te detendrán.
- No ocurrirá nada de eso, no te buscaran porque tu coche aparecerá en la sierra, en el fondo de un barranco, todos creerán que intentaste reunirte con tus amigos y el mal tiempo hizo el resto…con lo que tenemos mucho, mucho tiempo para conocernos y llegaras a quererme.
Miriam no podía creer lo que estaba oyendo
- Tu no estas bien, ¡¡¿Cómo piensas que llegaré a quererte, que llegare amar a una persona que me ha secuestrado, amenazado, maltratado y que ha estado apunto de matarme??!!
- Lo harás, ya te he dicho antes que por las buenas o por las malas.
- Y ¿si no?, si no consigues que me enamore de ti, ¿qué ocurrirá entonces…me mataras?
Juan se abalanzo sobre ella sujetándola de nuevo por el cuello.
- No digas eso nunca más, aprenderás a quererme por tu bien – dijo mientras oprimía su frágil cuelloMiriam volvió a no poder respirar, los pulmones parecía que estuvieran apunto de estallarle y cuando creía que se desmayaría la soltó y la levantó.
- Será mejor que te vayas a tu habitación y descanses, ya seguiremos hablando. Vamos a tener mucho tiempo, todo el tiempo del mundo.- y la dejo encerrada, respirando con dificultad y echa un mar de lágrimas.
Debió quedarse dormida porque cuando despertó ya era de noche, no había ningún ruido en la casa y supuso que él había salido, era el momento de escapar….buscó por los armarios que para su sorpresa estaban llenos de ropa y zapatos de su talla y lencería, lencería muy fina...Si, realmente estaba loco.
Buscó algo con lo que abrir la puerta…Lo he visto hacer muchas veces en la tele, no tiene que ser difícil…cogió un percha y la desdoblo, con ella empujo la llave que cayó en un trozo de papel que anteriormente había metido por debajo de la puerta y en un santiamén estuvo fuera de la habitación.
- No ha sido tan difícil del algo tenia que servir haber visto MacGyver.
Probó todas las puertas, pero estaban cerradas sin llaves y las ventanas con rejas
– Esto es pero que una cárcel –Debía probar en el segundo piso, así subió las escaleras, miró en todas las habitaciones con el mismo resultado hasta que llego al baño y vio un ventanuco muy estrecho.
- Dios, me voy a matar!! – salió a duras penas y casi quedo colgando de un estrechísimo alerón - como demonios voy a bajar de aquí – pero encontró un canalón y consiguió deslizarse por el; pero al llegar al suelo, cuando comenzaba a dar gracias por seguir viva un problema mayor le acechaba con sus enormes dientes…el rottweiler que le gruñía a solo unos pasos. Debía decidir o no moverse y morir devorada por un perro o volver a subir por el canalón, entrar en la casa y esperar a que ese loco la matara o algo peor….
Pero algo se le ocurrió, cuando trabajada de vigilante de seguridad, la enseñaron a tratar con estos animales, el truco estaba en dar ordenes sin miedo y con voz firme; lo cierto es que nunca le había funcionado, pero tampoco se había sentido tan motivada, así pues se armo de todo el valor que pudo conseguir y cuando el perro estaba a punto de abalanzarse sobre ella, le grito con voz potente:
- No!!!Quieto, siéntate!! - el perro se quedo plasmado y obedeció nunca supo si por sorprendido o por que la entendió. Miriam se acercó más a él y el perro antes fiera ahora era dócil y alegre moviendo el rabo juguetón.
Siguió el camino asfaltado y salio de la finca que realmente era grande, por fin el camino desemboco en una carretera que no lo estaba muerta lo parecía, llevaba dos horas caminando y ya empezaba a sentir cansancio cuando unas luces aparecieron a lo lejos
– Este coche no se me escapa aunque tenga que meterme debajo de las ruedas – pero eso no hizo falta, el coche paro a la primera señal de ella.
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