domingo, 18 de noviembre de 2007
Secuestrada I y II (I parte xD)
SECUESTRADA
I
Miriam paseaba por las calles de escaparate en escaparate buscando las gangas de las rebajas, no compraba mucho pero le encantaba pasear por esas calles cuando ya había anochecido con la luz de las farolas iluminando el frío ambiente invernal….paseaba ajena a todo, ajena a El que la observaba desde su furgoneta aparcada muy cerca.
Le producía gran placer mirarla quedándose absorto en sus pensamientos, era la mujer que le complementaba, su media naranja, era perfecta. Pero debía hacerlo pronto, de lo contrario se volvería loco, necesitaba tenerla a su lado, poder sentir su cuerpo, el aroma de su pelo, el tacto de su piel...si no tendría que volver a salir con otra y no funcionaría porque aquellas chicas no podían compararse a ella.
Estaba sola todos sus amigos se habían ido de puente a la sierra y esta semana trabajaba de mañana librando el domingo, era la mejor oportunidad, lo haría el Sábado, eso le daría margen de 2 días hasta que la buscaran.
- Vamos Miriam libras el fin de semana porque no te vas con ellos, no tardaras mas de dos horas en llegar y sales a las tres, a las cinco puedes estar esquiando o tomándote un chocolate caliente frente a una gran chimenea y con un tío buenísimo al lado.
- No sé, no me apetece ponerme en carretera con este tiempo, solo me apetece encerrarme en casa y tumbarme bajo una manta a comer y a ver películas.
- De acuerdo como quieras, vete a casa y pásatelo bien vegetando y engordando…- Aurora le dio un abrazo a modo de despedida era sábado y comenzaba su fin de semana
– Te llamaré.La furgoneta la esperaba no lejos de allí, debía ser ahora y se fue acercando hasta parar junto a ella.- Perdona podrías decirme por donde puedo llegar a la calle Ancora?– No podía estar tan cerca de ella sin sentir que su cuerpo se tensaba.
- Si, mira esta calle hasta el final, después a la…Sus labios se movían pero él no escuchaba sus palabras, tan solo sentía su presencia…
- Perdone, ¿se ha enterado? - Pregunto Miriam sacándole de su ensimismamiento
- Si, si claro disculpe, muchas gracias ¿Quiere que la acerque a su casa, me va de camino?
- Pero no le he dicho donde vivo – se extrañó
- Lo se, perdona quería decir que si quieres puedo acercarte a tu casa, aunque no sepa donde vives claro.
- No gracias, prefiero caminar – y Miriam siguió su camino pensando que el tipo era un poco rarito.
Dios!! Casi meto la pata, no puedo creerlo, jamás he cometido un fallo…pero estar tan cerca de ella me nubla la mente, me anula por completo, tendré que tener más cuidado y tomarlo con más calma.Ya en casa coloco la compra, se puso cómoda, encendio la tele y cuando se disponía a tumbarse en el sofá llamaron a la puerta:
- No me lo puedo creer, y ahora ¿Qué? – se decía mientras abría la puerta, pero lo único que vio fueron unas manos con un pañuelo que olía a alcohol y todo se volvió negro.
- Lo siento guapa pero no puedo arriesgarme a que alguien te oiga gritar – le decía Juan mientras la llevaba dentro de la casa, le ponía el abrigo y se la echaba al hombro para bajarla hasta el garaje y meterla en su furgoneta, nadie le vería.
II(I parte)
Miriam despertó un poco mareada, sentía nauseas, estaba cansad y los ojos se negaban abrirse… cuando lo consiguió y enfoco la habitación en la que se encontraba se sobresaltó
- Tranquila, no te asustes, no voy a hacerte daño.
- ¿Dónde estoy, que me ha pasado? – Pregunta aturdida levantándose rápidamente de la cama y sintiendo un fuerte mareo.
- Vamos acuéstate aun no se te han pasado del todo los efectos del cloroformo.
- ¿Cloroformo?¿ Por qué? Pero ¿quien coño eres? – dijo dirigiéndose a la puerta y saliendo a un salón seguida de él.
- Tenía que darte la oportunidad de conocerme, se que estamos hechos el uno para el otro, pero necesitas tiempo para descubrirlo y yo te lo voy a dar.
- Pero ¿De qué estas hablando? ¡Quiero salir de aquí, quiero irme ahora!!
- No puedes tienes que tomarte tu tiempo para conocerme
- Estas loco – dijo incrédula cogiendo el teléfono.
- ¿Qué crees que vas hacer?- le dijo muy sereno
- Voy a llamar a la policía, estas loco, ¡¡esto es un secuestro!!Juan cogió el cable del teléfono y de un tirón lo arranco de la pared.
- No vas a llamara a nadie, te vas a tranquilizar y vas a darme tiempo para enamorarte – decía mientras se acercaba a ella.
Miriam estaba aterrada, no entendía nada, no era posible que aquello le estuviera pasando de verdad…pero era muy real y cuando Juan iba a tocarla echo a correr buscando una salida y pidiendo socorro.
- No te moleste, esta todo cerrado y la casa mas cercana se encuentra a unos 30 Km. No te canses, no tienes salidaPero ella no le escuchaba, seguía recorriendo la casa buscando algo que la ayudara a salir de allí… y lo encontró, su abrigo con su móvil y con el se encero en el baño.En ese mismo instante Juan cambio su actitud, la tranquilidad se esfumo dando paso a una furia casi incontrolable.
- Miriam, abre la puerta, no hagas que me enfade.
Pero ella estaba muy entretenida llamando a la policía.
- Vamos, vamos, vamos…por favor no me dejes en espera…Juan aporreaba la puerta con tanta potencia que podría arrancarla de los quicios.
- No hagas una estupidez que luego lamentes…
- Por favor tienen que ayudarme, me han secuestrado, esta loco…
- Tranquilícese señorita, ¿Dónde se encuentra? – preguntaba el policía desconcertado.
- Y yo que mierda sé…- se desesperaba ella- Por favor para ayudarla necesito saber donde está.
- Estaba drogada cuando me trajo, no sé donde estoy….le tengo aporreando la puerta y no tardará mucho en entrar, ¿qué hago por el amor de Dios?
- ¿Cuál es su nombre?Pero no le dio tiempo a contestar, Juan había tirado la puerta, le arranco el teléfono de las mano tirándolo contra la espejo y destrozándolo, mientras la sujetaba por el cuello contra la pared casi impidiéndola respirar…los pulmones le ardían y por mas que abría la boca el aire se negaba a entrar.
- ¿Cómo has podido hacerlo?, ¿Cómo?- le gritaba- eres una egoísta, no me has dado ni una sola oportunidad…pero ¿Qué problema tienes?- dijo soltándola. Miriam se doblo para permitir que sus lastimados pulmones se llenaran de aire.
- Ves lo que me obligas hacer, te he dicho que no quiero hacerte daño, pero si me obligas- dijo Juan abriendo una navaja ante los asustados ojos de ella y paseándola por sus mejilla – tendrás que aprender a respetarme, puedo ser muy cruel.
- Solo quiero que me dejes salir, no se lo diré a nadie, no iré a la policía, ni siquiera sé donde estamos…te lo juro – suplicó mientras le resbalaban lagrimas por las mejillas.
- Lo siento pero no puedo…vamos a pasar mucho tiempo juntos y vas a aprender a quererme. Tienes que darte tiempo para enamorarte de mi, y eso será por las buenas o por las malas - dijo arrastrándola hasta el salón.
- Pero ¿cómo se te ocurre? Estas loco! No puedes retenerme aquí, no puedes obligarme a enamorarme de ti.- le gritaba mientras forcejeaba con él
- Claro que puedo, cuando lleves unas semanas conmigo, sabrás que lo puedo todo- dijo tirándola en el sofá.
- Me buscaran, denunciaran mi desaparición ala policía, te detendrán.
- No ocurrirá nada de eso, no te buscaran porque tu coche aparecerá en la sierra, en el fondo de un barranco, todos creerán que intentaste reunirte con tus amigos y el mal tiempo hizo el resto…con lo que tenemos mucho, mucho tiempo para conocernos y llegaras a quererme.
Miriam no podía creer lo que estaba oyendo
- Tu no estas bien, ¡¡¿Cómo piensas que llegaré a quererte, que llegare amar a una persona que me ha secuestrado, amenazado, maltratado y que ha estado apunto de matarme??!!
- Lo harás, ya te he dicho antes que por las buenas o por las malas.
- Y ¿si no?, si no consigues que me enamore de ti, ¿qué ocurrirá entonces…me mataras?
Juan se abalanzo sobre ella sujetándola de nuevo por el cuello.
- No digas eso nunca más, aprenderás a quererme por tu bien – dijo mientras oprimía su frágil cuelloMiriam volvió a no poder respirar, los pulmones parecía que estuvieran apunto de estallarle y cuando creía que se desmayaría la soltó y la levantó.
- Será mejor que te vayas a tu habitación y descanses, ya seguiremos hablando. Vamos a tener mucho tiempo, todo el tiempo del mundo.- y la dejo encerrada, respirando con dificultad y echa un mar de lágrimas.
Debió quedarse dormida porque cuando despertó ya era de noche, no había ningún ruido en la casa y supuso que él había salido, era el momento de escapar….buscó por los armarios que para su sorpresa estaban llenos de ropa y zapatos de su talla y lencería, lencería muy fina...Si, realmente estaba loco.
Buscó algo con lo que abrir la puerta…Lo he visto hacer muchas veces en la tele, no tiene que ser difícil…cogió un percha y la desdoblo, con ella empujo la llave que cayó en un trozo de papel que anteriormente había metido por debajo de la puerta y en un santiamén estuvo fuera de la habitación.
- No ha sido tan difícil del algo tenia que servir haber visto MacGyver.
Probó todas las puertas, pero estaban cerradas sin llaves y las ventanas con rejas
– Esto es pero que una cárcel –Debía probar en el segundo piso, así subió las escaleras, miró en todas las habitaciones con el mismo resultado hasta que llego al baño y vio un ventanuco muy estrecho.
- Dios, me voy a matar!! – salió a duras penas y casi quedo colgando de un estrechísimo alerón - como demonios voy a bajar de aquí – pero encontró un canalón y consiguió deslizarse por el; pero al llegar al suelo, cuando comenzaba a dar gracias por seguir viva un problema mayor le acechaba con sus enormes dientes…el rottweiler que le gruñía a solo unos pasos. Debía decidir o no moverse y morir devorada por un perro o volver a subir por el canalón, entrar en la casa y esperar a que ese loco la matara o algo peor….
Pero algo se le ocurrió, cuando trabajada de vigilante de seguridad, la enseñaron a tratar con estos animales, el truco estaba en dar ordenes sin miedo y con voz firme; lo cierto es que nunca le había funcionado, pero tampoco se había sentido tan motivada, así pues se armo de todo el valor que pudo conseguir y cuando el perro estaba a punto de abalanzarse sobre ella, le grito con voz potente:
- No!!!Quieto, siéntate!! - el perro se quedo plasmado y obedeció nunca supo si por sorprendido o por que la entendió. Miriam se acercó más a él y el perro antes fiera ahora era dócil y alegre moviendo el rabo juguetón.
Siguió el camino asfaltado y salio de la finca que realmente era grande, por fin el camino desemboco en una carretera que no lo estaba muerta lo parecía, llevaba dos horas caminando y ya empezaba a sentir cansancio cuando unas luces aparecieron a lo lejos
– Este coche no se me escapa aunque tenga que meterme debajo de las ruedas – pero eso no hizo falta, el coche paro a la primera señal de ella.
jueves, 15 de noviembre de 2007
Capitulo III..Corregido
-Por favor, seas quien seas…déjame vivir –me gritaba aquel viejo hombre-¡Ya te dije que no sé nada de ti, ni de esa cosa plateada! –arrodillándose frente a mi, suplicando. Aquel hombre estaba sufriendo, podía ver en sus ojos aquella desesperación que carcome a cualquier ser lentamente y que se apodera de nuestra mente en los peores momentos.
Yo me sentía poderoso, único, la fiera dentro de mí estaba renaciendo… cada parte de mí quería acabar con todo, apoderarme de su dolor, de su sufrimiento… de su angustia.
Quería recuperar el lugar que hace algunos años había perdido y que deseaba volver a conseguir, quería volver a hacer importante… detesto ser tratado como un vulgar perro.
Los minutos pasaban lentamente, y yo erguido frente a él, disfrutando su desesperación y miedo, mientras el viento agitaba fuertemente aquello que me rodeaban pronosticando una tormenta… ya no podía esperar más… “estoy perdiendo el tiempo” pensé.
- Ustedes, lo seres humanos son tan patéticos –dije con un aire de desprecio. Me acerqué a él sigilosamente, como aquel gato que solo desea jugar con su presa, mis pasos se podían escuchar en aquel desierto pasillo como el campanario de Notre Dame resuena todas las noches…
Cogí a aquel hombre del cuello, examinando minuciosamente su aterrado y pálido rostro; apreté cada vez más su garganta, podía sentir que el aire no le estaba llegando a sus pulmones y disfrutaba viendo a sus ojos salirse de sus órbitas.
- Mark, eres un hombre tan tonto, te gusta hacer sufrir a tu familia...-dije- aunque claro, todo se podría arreglar, yo… puedo olvidar este pequeño accidente si tu me dices quien es el que me sigue, sé que eres uno de sus protegidos…-grité-necesito datos..¡Entiende! – le grité aun mas enfurecido.
Iba a hacerlo, a aspirar lo poco que le quedaba de vida… pero algo me contuvo, un fuerte resplandor se reveló tras mío, el ambiente se llenó de un fresco aroma a flores, que mi olfato detectó al instante…era un aroma conocido…
Arrojé fuerte y despiadadamente a aquel hombre al suelo, él cayó desmayado, rompiéndose un brazo en la caída… di media vuelta… esbozando una sonrisa… esta vez no dejaría vivo a aquel ser tan repugnante, apreté mis puños en señal de desafío… y lo miré a los ojos…
Ese fue el mayor error que pude haber cometido, mirar directamente a sus ojos, estos, un arma mortal que me paralizan por completo… No podía respirar con facilidad, me sentía como una masa, vacía y hueca… sin poder…moverme… Su mirada, intensa, fulminante me cegó en un instante, esos ojos color noche, me hipnotizaron a tal limite que si me hubieran preguntado en ese momento que estaba haciendo, que iba a hacer… mi respuesta hubiera sido un silencio…
Sus ojos, su mirada, su alegría mezclada con la fe que exhalaba en todos sentidos, era más de lo que yo podía soportar…
Capitulo II..Corregido
El mundo, como lo conocemos, se cierne siempre bajo una dualidad constante, es decir, no existe algo sin que exista su contrario, así tenemos la luz y la oscuridad, lo blanco y lo negro, el hombre y la mujer y otros…
Pero para mí, el mundo se basa solo en dos dogmas: el bien y el mal… existen dos clases de seres, a los que tengo que proteger: los buenos y malos, especialmente a los seres de mal corazón son a los que tengo que vigilar más, pues son ellos lo que cometen más errores…esa es mi misión, nuestra misión (la de los seres como yo), proteger a la humanidad y tratar de cuidarlos de nuestros mayores enemigos, a los que ellos llaman “demonios”… Pero, ¿qué soy?, la humanidad le ha puesto a los seres como yo el nombre de ángeles, pues somos los guardianes de la existencia humaba, la verdad es otra y nuestro nombre real es algo que solo nosotros conocemos. Mi vida no es completa pues de día soy alguien y de noche soy otra clase de ser… pero no la cuestiono, sólo la acepto; tampoco cuestiono mi misión, solo me encargo de cumplirla…
Era jueves, pasadas las 21 horas y hacia 20 minutos, que recibí el mensaje encargándome, mi nueva misión: vigilar a un conocido y temido demonio…
Y ahora que ya la sabía tendría que ponerme en marcha, nunca había fallado en alguna misión, por mas difícil que esta fuere y esta no seria la excepción. Entonces, me puse en camino, tenia que llegar a París en dos horas para intentar alcanzar a mi objetivo. En lo personal, no me importa “cuidar” a un demonio, ya lo he hecho anteriormente, sólo que esta vez fue diferente, cuando vi su retrato en su expediente sentí algo extraño…no sé que fue… que es…
Así, llegué a París, no fue difícil encontrarlo, los demonios siempre acuden a los mismos lugares. Pude encontrarlo en una de sus calles favoritas, caminando, ahora ya eran mas de las 23 horas, yo estaba a pocos metros de él, con la sensación de estar descubierta… Estaba preparado para la huida, pues podía asegurar que me iba a atacar, pero algo me contuvo… Estaba escuchando aquellas campanitas que me indicaban que alguien estaba en peligro de muerte, estaba cerca… “el también lo sintió”, pensé al ver como todo el entorno y él cambiaban a mi alrededor; pero yo no tenía tiempo para el…tenía que buscar a su próxima víctima y evitar el suceso…pero, pero…no podía dejar de verlo, no podía, había algo en el que me dejaba completamente inmóvil…
Trascurrieron unos segundos, máximo siete… que ciertamente para mí fueron unos largos minutos, donde yo pude ver en toda su plenitud, la perfecta transformación de un demonio de alto rango.
Me bastó solo parpadear para despertar de ese estado hipnótico, él ya no estaba ahí. Suspiré y con resignación y enojo hacia mi misma, volé hacia el lugar donde seguro el se encontraba.
Cuando llegué, encontré a varios de mis compañeros retirándose, él había encontrado a su víctima, y no había caso pelear, según ellos. Busqué el origen de todo, era una mujer atrapada en su Porsche rojo, y él estaba a su lado aspirando lo poco que le quedaba de vida… Yo no podía permitir aquello, así que me acerqué rápidamente, estando conciente que estaba sola, todos mis compañeros se habían retirado ya; cuando llegué, lo separé de aquella mujer y el me gritó que lo dejara hacer su trabajo… Quería responderle, hablarle, pero mis labios no se movían, ¡no respondían!...y solo atiné a lanzarlo deliberadamente lejos, como una reacción típica en estos casos. Rápidamente me decidí a ayudarla, por esa fracción de segundos, no me importó él, sólo pensaba en la vida de aquella mujer a la cuál debía salvar… Me acerqué a ella y con un suspiro le devolví lo poco que le quedaba de vida, pude ver como el color el regresaba a las mejillas y me sentí alegre…solo me faltaba besarla y él ya no podría hacerle daño en un largo lapso de tiempo… y, me acordé nuevamente de él, cuando regresé a verlo, lo vi lejos, estaba marchándose del lugar…
Con resignación y enojo hacia mi, decidí terminar todo, pero algo había salido mal, los paramédicos ya estaban auxiliándola y yo ya no podía hacer nada. Sabía que acercarme más a ese lugar, era descubrirme…así que con todo el dolor de mi corazón y sintiéndome por primera vez fracasada, me retiré del lugar, me sentía completamente tonta…me había preocupado demasiado por él y ahora no sabía si ella, si aquella mujer estaba en peligro…
Decidí calmarme, no resolvía el problema lamentándome y llorando, tendría que volver a buscarla a ella y a él… “Iré a descansar, ya pronto amanecerá”, me dije excusándome…
Oculté mis alas, y caminé lentamente, quería pensar…
sábado, 10 de noviembre de 2007
Si yo muriera mañana... II
· Ángeles y demonios, los dos por igual, no poseen sexo alguno, en la historia((como ya es mencionado en esta)); es decir, no está especificado si alguno es mujer u hombre. Simplemente me baso en el género de ambos, en los dos casos masculinos.
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Segundo capítulo, sin corregir, Versión del angel::
Nota de la Autora(osea yo):: Esta pequeña historia, esta basada en una estructura dual((si existe la palabra)), es decir, será un capítulo el angel, un capitulo el demonio, y así sucesivamente...Para saber la perspectiva y otros de cada uno...
Siento, no haber podido subir lo que seguía antes, pero no había tenido tiempo..es que estoy ya por la mitad de la historia((a mano)) y no he podido escribirla en la pc...prometo que en esta semana trataré de hacerlo...
~ Para algunos, la existencia es un misterio imposible de conocer. Nadie sabe porqué esta en el mundo, por qué es como es y no de otra manera… La verdad de la existencia, está en cada uno de nosotros… somos libres de elegir entre una vida normal basada en el realismo y un sueño eterno que es y sería ideal…
El mundo, como lo conocemos, se cierne siempre bajo una dualidad constante, es decir, no existe algo in que exista su contrario, así tenemos la luz y la oscuridad, lo blanco y lo negro, el hombre y la mujer y otros…
Pero para mí, el mundo se basa solo en dos dogmas: el bien y el mal… Para mí solo existen dos clases de seres, a los que tengo que proteger: los buenos y los malos, especialmente a los seres de mal corazón son a los que tengo que vigilar más, pues son ellos lo que cometen más locuras, por decirlo así…esa es misión, nuestra misión (la de los seres como yo), proteger a la humanidad y tratar de cuidarlos de nuestros mayores enemigos, a los que ellos llaman “demonios”… Pero, ¿qué soy?, la humanidad le ha puesto a los seres como yo el nombre de ángeles, pues somos los guardianes de la existencia humaba, la verdad es otra y nuestro nombre real es algo que solo nosotros conocemos. Mi vida no es completa pues de día soy alguien y de noche soy otra clase de ser… pero no la cuestiono, sólo la acepto; tampoco cuestiono mi misión, solo me encargo de cumplirla…
Era jueves, pasadas las 21 horas y hacia 20 minutos, que recibí el mensaje encargándome, mi nueva misión: vigilar a un conocido y temido demonio…
Y ahora que ya la sabía tendría que ponerme en marcha, nunca había fallado en alguna misión, por mas difícil que fuera. Entonces, me puse en camino, tenia que llegar a París en dos horas para intentar alcanzar a mi objetivo. En lo personal, no me importa “cuidar” a un demonio, ya lo he hecho anteriormente, sólo que esta vez fue diferente, cuando vi su retrato en su expediente sentí algo extraño…no sé que fue… que es…
Así, llegué a París, no fue difícil encontrarlo, los demonios siempre acuden a los mismos lugares. Pude encontrarlo en una de sus calles favoritas, caminando, ahora ya eran mas de las 23 horas, yo estaba a pocos metros de él, con la sensación de estar descubierta… Estaba lista para huir, pues podía asegurar que me iba a atacar, pero algo me contuvo… Estaba escuchando aquellas campanitas que me indicaban que alguien en peligro de muerte, estaba cerca… “el también lo sintió”, pensé al ver como todo el entorno y él cambiaban a mi alrededor; pero yo no tenía tiempo para el…tenía que buscar a su próxima víctima…pero, pero…no podía dejar de verlo, no podía, había algo en el que me dejaba completamente inmóvil…Me bastó solo parpadear para despertar de ese estado hipnótico, él ya no estaba ahí. Suspiré y con resignación y enojo hacia mi misma, volé hacia el lugar donde seguro el estaba.
Cuando llegué, encontré a varios de mis compañeros retirándose, él había encontrado a su víctima, y no había caso pelear, según ellos. Busqué el origen de todo, era una mujer atrapada en su Porsche rojo, y él estaba a su lado aspirando lo poco que le quedaba de vida… Yo no podía permitir aquello, me acerqué rápidamente, estando conciente que estaba sola, todos mis compañeros se habían retirado ya; cuando llegué, lo separé de aquella mujer y el me gritó que lo dejara hacer su trabajo… Quería responderle, hablarle, pero mis labios no se movían, ¡no respondían!...y solo atiné a lanzarlo deliberadamente lejos. Rápidamente me decidí a ayudarla, por esa fracción de minutos, no me importó él, sólo pensaba en la vida de aquella mujer a la cuál debía salvar… Me acerqué a ella y con un suspiro le devolví lo poco que le quedaba de vida, pude ver como el color el regresaba a las mejillas y me sentí alegre…solo me faltaba besarla y él ya no podría hacerle daño en un largo lapso de tiempo… y, me acordé nuevamente de él, cuando regresé a verlo, lo vi lejos, estaba marchándose del lugar…
Con resignación y enojo hacia mi, decidí darle el toque final, pero algo había salido mal, los paramédicos ya estaban que la auxiliaban y yo ya no podía hacer nada. Sabía que acercarme más de ese lugar, era descubrirme…así que con todo el dolor de mi corazón y sintiéndome por primera vez fracasada, me retiré del lugar, me sentía completamente tonta…me había preocupado demasiado por él y ahora no sabía si ella, si aquella mujer estaba en peligro…
Decidí calmarme, no resolvía el problema lamentándome y llorando, tendría que volver a buscarla a ella y a él… “Iré a descansar, ya pronto amanecerá”, me dije excusándome…
Oculté mis alas, y caminé lentamente, quería pensar…
jueves, 8 de noviembre de 2007
Si yo muriera mañana...Correcion Capítulo I
Somos muchos los que existimos, los que por alguna razón fuimos arrojados a este mundo. La historia, literatura y otras ciencias nos llaman demonios, el mal encarnado en una especie de seres oscuros… Nosotros no respondemos a este apelativo. Somos y no queremos ser seres sin sombra, sin firma… ni una identidad, ni un sexo definido. En el día somos como cualquiera, pero en la noche…
La luna se convierte en nuestra peor pesadilla, somos como el viento rápido e impenetrable, somos seres sin nombre, sin corazón ni destino… nuestra enemiga la luz, nuestra salvación un destino fatal…la muerte.
Desde hace años, no he sabido lo que es tener un día común y corriente, todas las noches soy lo que cualquier soñador harto de su vida desearía ser y lo que yo aborrezco con toda mi alma. Nunca he podido disfrutar de una salida de amigos, de una fiesta, de una cita… Todo por mi inepta curiosidad, que cambió mi vida por completo…
Mi misión, nuestra misión; acabar, mejor dicho, desaparecer a aquellas personas que no merecen vivir y extinguir a aquellos seres, a todos los seres que traten de protegerlos…nuestros enemigos, mis enemigos y rivales: los ángeles.
Era un jueves común y corriente, el viento hacia eco en los edificios vacíos, bañados por los plateados rayos de la luna; eran ya mas de las 23 horas, según mi viejo Casio, yo caminaba por una conocida calle de París.
- Todo tranquilo por esta zona- dije mientras tachaba una vez más, una calle de mi monótono recorrido.
Continué caminando, no quería correr, ni apurarme; aún sabiendo que estaba en peligro... No estaba solo, sentía la presencia, una presencia ya conocida, era un ángel… ¿Me estaría siguiendo?
Avancé por la calle des Maisons y una vez más, sentí en un segundo ese agudo sonido que me quema lentamente cada vez que ocurre, mis ojos cambiaron de color, mi miraba se hizo mas penetrante y profunda, las alas salieron de su escondite, podía sentir mi corazón desvaneciéndose mientras yo sufría acongojadamente. “Alguien tendría que morir”, pensé. Cerré mis ojos por una fracción de segundo, y cuando los abrí estaba en otro desolador lugar, la casi desierta Avenida Champs Elysees.
- ¡Cómo odio este lugar!- dije con furia. Allí después de todo, fue donde empezó lo que ahora es mi vida.
Mis sentidos se agudizaban por cada segundo que pasas, mis oídos estaban alerta a cualquier sonido que pueda revelar el lugar del individuo que buscaba, mi olfato, mas agudo que el del mejor perro entrenado, pudo revelarme en breves momentos el olor a sangre. “Está cerca”, pensé mientas buscaba alguna señal…
Reanudé mi búsqueda cuando un fuerte sonido me hizo saltar sobre mí, era el sonido de una sirena de ambulancia acercándose, caí arrodillado al suelo, con un aire derrotado, pues ese sonido lo decía todo… Había llegado tarde…por primera vez en toda mi carrera, yo, había llegado tarde…
Pero ¡no!, a unos metros de donde yo me encontraba, vi un fuerte y luminoso resplandor, era aquel ángel que me espiaba…esa fue mi señal, “ellos recién llegan, eso quiere decir que aún estoy a tiempo”, pensé. Así que rápidamente, me incorporé, cerré los ojos, me concentré y pude encontrar lo que buscaba. A pocos metros, un Porsche rojo se había estrellado contra un farol. Las pocas personas que por ahí pasaban se amontonaron cerca del Porsche, pero nadie se acercaba, por temor al olor de gasolina que emitía el lugar. Yo caminé hacia el coche…
Había una bella mujer en el, ensangrentada de pies a cabeza, tenia un aire de sociedad, pero es no importaba, la muerte no distingue…
Me acerqué aun más, aspirando una parte de su ser.
-Tonta, para él ya no existes –dije irónicamente, sabiendo que ella no podía escucharme, ni mucho menos verme; mientras sentía como el dolor de aquella jovencita me alimentaba.-No sabes que ningún hombre vale la pena para tratar de suicidarse- me reí fuertemente, tratando de opacar sus pensamientos que rebotaban en mi mente- Linda, no vale la pena sufrir por amor…-dije finalmente.
Decidí no perder más tiempo, estaba a punto de despedirla de este mundo, de aspirar su sufrimiento y su alma, cuando ella abrió los ojos lentamente…
-Enamorarme es lo mejor que pudo pasarme en la vida –dijo débilmente mirándome a los ojos por unos pocos segundos. Luego se desvaneció nuevamente.
Me quedé perpleja, ¿cómo me vio?, ¿cómo me escuchó?; pero lo que mas me mortificaba era el saber que ella estaba a punto de morir y en lo único que pensaba era en él. “Que tonta eres”, pensé, “cualquiera pediría vivir mas tiempo por sí, no por él que ya no te ama.
-¿Cómo puedes verme?- dije como reacción- ¡bah!-gruñí- ahora eso no importa, pues será lo último que verás… despídete definitivamente de este mundo.
Me acerqué a ella instintivamente…para darle el toque final, solo un beso y todo estaría sellado… pero algo me detuvo, un fuerte brazo me separó de mi víctima… Era aquel ángel, extraño para serlo. Tenía unos ojos color cielo, un liso cabello color miel, una tez “perfecta” plateada como la primera luna de invierno, unos ojos…unos ojos “maravillosos”, sus ojos eran oscuros, como mi alma, como el petróleo…eran “perfectos”, pero ¡que estoy pensando!, reaccioné rápidamente al ver como el ángel intentaba acercarse a la mujer del automóvil.
-Déjame hacer mi trabajo- le grité al recién llegado. Quién, me apartó, sin decirme palabra alguna, lanzándome deliberadamente lejos…Desde allí vi como este se acercó a ella, y con un suspiro le dio… una última oportunidad, su vida, la esperanza que yo le había arrebatado. Mientras yo, podía sentir que la ira se apoderaba de mí, quería acabar con el en un solo instante, pero no sabía porque no podía hacerlo, había algo en él que me impedía hacerlo… ¿pero qué?...
- No tengo tiempo para pelear…-me dije a mí mismo, tratando de callar a mis pensamientos - Estoy débil y además ya pronto amanecerá…- me excusé para mi, nuevamente.
Así que, respiré hondo, me levante y caminé hacia el otro extremo de la calle, alejándome poco a poco del lugar y dejando a aquel extraño ángel hacer lo que quería…“Mañana será otro día”, pensé para reconfortarme de la pérdida. Ya no me importaba aquello, solo estaba enfadado conmigo mismo, aunque yo no quería aceptarlo…
miércoles, 7 de noviembre de 2007
Si yo muriera mañana...
Somos muchos los que existimos, los que por alguna razón fuimos arrojados a este mundo. Somos y no queremos seres sin sombra, sin firma… ni una identidad definida. En el día somos como cualquiera, pero en la noche…
La luna se convierte en nuestra peor pesadilla, somos como el viento rápido e impenetrable, somos seres sin nombre, sin corazón ni destino… nuestra enemiga la luz, nuestra salvación un estúpido símbolo…la muerte.
Desde que nací, no he sabido lo que es tener un día común y corriente, todas las noches soy lo que cualquier soñador quisiera ser y lo que yo aborrezco con toda mi alma. Nunca he podido disfrutar de una salida, de una fiesta, de una cita… Todo por mi ineptitud y curiosidad, que convirtió mi vida por completo…
Mi misión, nuestra misión; acabar con el bien del Mundo y extinguir a esos seres que tanto daño nos hacen…los ángeles.
Era jueves, mas de las 11 PM, según mi viejo Casio,
- Todo tranquilo por esta zona- dije mientras tachaba una vez más una calle de mi monótono recorrido.
Seguí caminando, no quería correr ni apurarme, aun sabiendo que estaba en peligro... No estaba sola
Avancé por la calle des Maisons y una vez mas, pude sentir en un segundo ese agudo sonido que me quema lentamente cada vez, mis ojos cambiaron de color, mi miraba se hizo mas penetrante, las alas salieron de su escondite, podía sentir mi corazón desvaneciéndose mientras yo sufría acongojadamente.
De repente, estaba en la Avenida Cléber.
- ¡Cómo odio este lugar!- dije con furia. Allí había empezado todo…
Mis oídos estaban alerta a cualquier sonido que pueda revelar el lugar del individuo que buscaba, mi olfato, mas agudo que el del mejor perro entrenado, pudo revelarme en breves momentos el olor a sangre. “Está cerca”, pensé mientas buscaba alguna señal…
Salté sobre mí misma, pues escuché a lo lejos la sirena de una ambulancia, caí derrotada, el sonio indicaba lo peor… Había llegado tarde…
Pero no, pude ver una fuerte luz blanca a unos metros de donde yo me encontraba. Ellos recién llegaban, los ángeles; “eso quiere decir que aun estoy a tiempo”, pensé.
Cerré los ojos, me concentré y pude encontrar lo que buscaba. A pocos metros, un Porsche rojo se había estrellado contra un farol, caminé hacia el…
-Tonta, para él ya no existes –dije irónicamente, sabiendo que ella no podía escucharme, ni mucho menos verme; mientras sentía como el dolor de aquella jovencita me alimentaba.-No sabes que ningún hombre vale la pena para tratar de suicidarse- me reí fuertemente, mientras en mi mente rebotaban sus pensamientos- Linda, no vale la pena sufrir por amor…
Estaba a punto de despedirla de este mundo, de aspirar su sufrimiento y su alma, cuando ella abrió los ojos…
-Enamorarme es lo mejor que pudo pasarme en la vida –dijo débilmente mirándome a los ojos
Me quedé perpleja, ¿cómo me vio?, ¿cómo me escuchó?; pero lo que mas me mortificaba era el saber que ella estaba a punto de morir y en lo único que pensaba era en él…
-¿Cómo puedes verme?... ¡bah!... ahora eso no importa, pues será lo último que verás..
Me acerqué a ella instintivamente…para darle el toque final, solo un beso y todo estaría sellado…pero algo me detuvo, un fuerte brazo me separó de mi víctima…
-Déjame hacer mi trabajo- le grité al recién llegado. Quién, me apartó lanzándome deliberadamente lejos…
Él se acercó a ella y con un suspiro le dio…una última oportunidad, la esperanza que yo le había arrebatado. Mientras yo, de lejos, podía sentir que la ira se apoderaba de mí… pero ya no había tiempo para pelear… Yo estaba débil y además ya pronto amanecería…
Así que respiré hondo, me levante y caminé hacia el otro extremo de la calle, alejándome poco a poco del lugar y dejando a aquel extraño ángel hacer lo que debía…
“Mañana será otro día”, pensé para reconfortarme de la pérdida.
martes, 6 de noviembre de 2007
..NN::El poeta pide a su amor que le escriba
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena pues de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura
Federico García Lorca
lunes, 5 de noviembre de 2007
Sobre un libro de versos...
Este toda mi alma.
Este libro que ha visto
Conmigo los paisajes
Y vivido horas santas.
¡Qué pena de los libros
Que nos llenan las manos
De rosas y de estrellas
Que se esfuman y pasan!
¡Qué tristeza tan honda
Es mirar los retablos
De dolores y penas
Que un corazón levanta!
Ver pasar los espectros
De vidas que se borran,
Ver al hombre desnudo
En Pegaso sin alas,
Ver la Vida y la Muerte,
la síntesis del mundo,
Que en espacio profundo
Se miran y se abrazan.
Un libro de poesías
Es el Otoño muerto.
Los versos son las hojas
Negras en tierras blancas,
Y la voz que lo lee
Es el soplo del viento
Que hunde en los pechos
–Entrañables distancias–.
El poeta es un árbol
Con frutos de tristeza
Y con hojas marchitas
De llorar lo que ama.
El poeta es el médium
De la Naturaleza
Que explica su grandeza
Por medio de palabras.
El poeta comprende
Todo lo incomprensible
Y a cosas que se odian
Él hermanas las llama.
Sabe que los senderos
Son todos imposibles
Y por eso en lo oscuro
Va por ellos con calma.
En los libros de versos,
Entre rosas de sangre,
Van desfilando tristes
Y eternas caravanas
Que hirieron al poeta
Que lloraba en la tarde,
Rodeado y ceñido
Por sus propios fantasmas.
Poesía es Amargura,
Miel celeste que mana
De un panal invisible
Que fabrican las almas.
Poesía es lo imposible
Hecho posible.
Arpa
Que tiene en vez de cuerdas
Corazones y llamas.
Poesía es la vida
Que cruzamos con ansia
Esperando al que lleve
Sin rumbo nuestra barca.
Libros dulces de versos
Son los astros que pasan
Por el silencio mudo
Al reino de la Nada,
Escribiendo en el cielo
Sus estrofas de plata.
¡Oh, qué penas tan hondas
Y nunca remediadas,
Las voces dolorosas
Que los poetas cantan!
Como en el horizonte
Descanso las miradas.
Dejaría en el libro
Este, ¡toda mi alma!
Federico García Lorca, 1918.
En Poemas inéditos de juventud.
sábado, 3 de noviembre de 2007
Piedra Negra sobre piedra blanca
Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...