sábado, 6 de octubre de 2007

Los muchachos no escriben historias de amor III

[Falta la parte cuando el lleva de casualidad la carta al colegio y Stuart la coje...finalmente ellos pelean por la carta...
La carta desaparece....]


Capitulo 9: (…)
Extrajo algo de su bolsillo (Karen Pearson)
-Ten – me dijo –Pensé que te gustaría esto.
Era la carta a Elizabeth.
Sentí que me ponía rojo como un jitomate.
-Gracias – dije
-No se la enseñé a nadie – me aclaró
- Que bueno – repuse
-Debe ser agradable – dijo Karen
-¿Quién?
-Elizabeth
Ajá –repuse – Sí lo es
Me di cuenta de que había leído la carta. Me sentí fosforecer como un betal radiactivo.
-¿Es bonita?

Capitulo 11: (…)
-Lo único que voy a pedirles es que me escriban un cuento
Nuevos gruñidos
-Momento. Todavía no he terminado prosiguió.
Su tarea es comenzarlo en casa. No importa sino consiguen adelantar mucho, y hasta con que me traigan un primer borrador.
-¿Sobre qué tema? – le pregunto Saima
(…)
En lo personal, no me disgusta escribir un cuento
(…)
-Tiene que hablar de la relación entre dos personas- dijo el señor Mc Caffrey – de una relación muy importante. Quiero que de verdad se centren en esa relación y en el sentimiento que cada una de estas dos personas tiene por la otra.
-Osea, como una historia de amor –dijo Saima
-Puede ser –repuso el señor Mc Caffrey
-Si dos personas se odiaran muchísimo, podrían también ser una relación, ¿o no?-peguntó Meter
-Por supuesto –aseguró el señor Mc Caffery
-Entonces, está bien –repuso Meter
-¿Entendieron todos lo que tienen que hacer?-preguntó el señor Mc Caffery
-Sí, profesor- respondimos a coro.
- (…)

Capítulo 13:
(…)
Después de todo, aun tenía que hacer mi tara, pasara lo que pasara…
Había decidido que mi historia se titularía: “La sepaación” . Se trataría de un chico llamado Malcom y una chica de nombre Elaine. Los profesores dicen que siempre debe hacerse un guión antes de comenzar a escribir un cuento, así que tomé asiento y anoté.
“La separación
1) Malcom
2) Malcom y Elaine
3) Elaine”

Era un guión bastante modesto, al menos en comparación con cualquier planteamiento de Berna. Sus guiones, son casi tan largos como uno de mis ensayos. Yo había meditado en mi historia largo rato y ya sabía lo que escribía. Me centraría en las emociones, como había dicho el señor Mc Caffrey. La historia tendría lugar en un parque y se desarrollaría en tres actos.

Comencé:
“Malcom estaba sentado en la banca del parque, atento a lo que ocurría a su al rededor. A esta hora del día el lugar se encontraba prácticamente desierto. Había un hombre que arrojaba palos a sus perros, y una mujer en Shorts y playera corría por los senderos.
En los juegos habían un grupo de pequeños. Algunos de ellos iban con su mamá. Malcom miró su reloj. Faltaban cinco para las doce. Elaine llegaría en 5 minutos. Era siempre puntual. Era un de las muchas cosas que a él le gustaban de ella. Malcom se había prendado de Elaine desde la primera vez que la vio. Era su tipo. Tenía el cabello largo, como seda. Su mirada era profunda y pensativa. ¿Podría ser pensativa? No estaba muy seguro. En realidad, se piensa con el cerebro, no con la mirada. Pero los ojos de una persona dicen mucho de ella. Cambian según el humor de que esté. Proseguí…
“De un tiempo a la fecha, esos ojos tenían un aire triste. Malcom miró hacia el sendero, por donde la corredora se había perdido a lo lejos. Pudo apenas distinguir una silueta delgada, de cabello largo, que se acercaba caminando (…)

Capítulo 16:
Esa noche me senté en mi cuarto a proseguir mi historia. No resulta fácil escribir a cerca de los sentimientos. Las historias como las que inventa Berna, llenas de programadores, son fáciles de escribir, porque ocurre una cosa tras otra. Pero escribir a cerca de los sentimientos es distinto.
Como quiera, yo tengo una ventaja, porque desde hace algún tiempo le he estado escribiendo a Elizabeth sobre mis sentimientos. Escribí:

“Elaine tomó asiento en la banca, junto a él; pasó un buen rato sin que ninguno de los dos hablara. Malcolm tenía miedo de hablar. Sufría que una vez iniciada la conversación no habría manera de dar marcha atrás. Hubiera querido que el silencio durara para siempre. Pero nada es para siempre. Por fin, Elaine habló:
-Necesito estar sola por un tiempo, Malcom –dijo
Él sabía de ante mano que le diría esto, no obstante le dolió.
-¿Me comprendes? – le preguntó- Elaine.
Lo único que él entendía es que lo mejor que tenía en la vida se desmoronaba, como un castillo de arena ante el embatil de las olas, y que no había nada que hacer (…)

(continuará)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

la obra esta muy bonita y muy interesante

Anónimo dijo...

Hola!! No tienen la cuarta parte de esta historia???

Anónimo dijo...

Y el capítulo 12 que