sábado, 26 de julio de 2008

Sofía se escribe con S I

Bueno, aquí empieza mi historia...
Aclaraciones: La primera palabra es el nombre del capítulo.


Sangre
Sangre, es el componente mas importante en las personas y de los animales, claro está. Sangre, es el alimento de los vampiros que tanto están de moda, ahora de donde provenga la sangre consumida, ya es otra cosa. Sangre, antiguamente era considerada como la sustancia predominante en individuos de temperamento fuerte, es lo que se llamaba teoría humoral. Sangre, es lo que representa el 7% del peso de un cuerpo humano promedio; se dice que en un adulto pueden hasta haber 5 litros. Sangre, sí esa misma, la que dependiendo puede ser de un rojo brillante o de un rojo oscuro y opaco. Sangre… Sangre… Sangre, era lo que brotaba de sus muñecas, ambas. En sangre pensaba, era la palabra que más oía, le había encontrado un olor, un significado, la veía en todas partes… Sangre era lo que sentía en aquellos momentos, o mejor dicho lo que quería sentir. Sofía se encontraba en su habitación; siempre tan ordenado y limpio, de color claro- que contrastaba con el rojo de su sangre-, piso de mármol, ventanas amplias, muebles de madera, una pequeña librero, un espejo en la pared con decorados isabelinos, luminoso y amplio. No había alguna otra persona en toda su casa, siempre estaba sola, encerrada en su habitación, su pequeño fuerte, su mundo; no es que le gustase estar sola, pero en su casa siempre había sido así. Desde que tenía memoria recordaba el haber estado siempre sola. Así que ahora no quería ver, ni saber de alguien, solo quería dejarse morir, desaparecer, solo quería sentir un vez más, dejar de sentirse humana, patéticamente sola y sufrida, dejar todo fluir… dejar fluir una última cosa: sangre…

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