martes, 16 de noviembre de 2010

Darks - Historia general.

“De vuestros destinos nunca deberíais
decir a los hombres,
lo que los dos Aesir hicisteis en el pasado,
lo pasado sea pasado.”


La historia de la humanidad no debe ser manchada con sus verdaderos nombres. Demasiado ha sido ya objeto del escarnio, del horror, del odio de esta estirpe; un trato injusto y el andar de los años los separaron y los alejaron de su país de origen, y ahora, no hay más lugar en la tierra para ellos. Si en algún momento fueron llamados raza de visionarios, el día que firmaron el trato con lo desconocido, dejaron de serla. Y quedaron malditos y se callaron.
Provienen de una raza notable por la fuerza de la imaginación y el ardor de las pasiones, siendo su único modo de vida el de brindar sabiduría y guiar a la humanidad; siempre estarán allí, aún en el día que ya nadie lo solicite.
Entonces, cada cierto tiempo descienden del Nylfheim, como mensajeros, hijos de Caín, en busca de débiles almas que los necesiten, proponiéndoles protección y ciencia, a cambio de que en el fin de sus días, aquel espíritu servido no vaya ni al cielo, ni al infierno. A cambio de que, al morir el alma del contratista pase a manos del protector, un Darks.
Aquellos que por desgracia los conocen deben comprender que, en cierta medida, los Darks fueron esclavos de circunstancias que excedían el dominio humano; que el obtener el placer de la eternidad no lo cambiarían por nada.
Andrew, Lavender y Jason Darks medio hermanos de sangre, desde siglos previos a sus nacimientos fueron predestinados y al nacer, todo mandato predicho fue cumplido al pie de la letra. Separados hasta una edad prudente, perdidos en la riqueza de sus familias adoptivas en la búsqueda de otros como ellos, hasta el Despertar de su espíritu, hasta que el signo fuese visible y los alejase de humanas distracciones y se percatasen del error de sus antecesores; sin embargo siempre disfrutaron su condición al máximo. Aquellos tres nacieron sin la más mínima posibilidad de entrada al regnum caelorum y con la única idea de servirse de su propio conocimiento para enfrentar sus destinos. Fueron marcados en silencio por los Æsir, y todo aquel que ose dignarse a pertenecer a su familia debe aceptar este símbolo como prueba de servicio. Es principio de cualquier Darks aceptar la Ilustración y ser parte de ella, dejando atrás toda incapacidad de decisión propia –incluso, en las profundidades de la desesperación-.
Y así, crecieron gobernándose por su cuenta, entregados a los caprichos más extravagantes y víctimas de las pasiones más incontrolables, conscientes de su aterrador destino. Débiles, asaltados por defectos contrarios a los de ellos, poco pudieron hacer los supuestos apoderados para contener las tendencias que los distinguían. Practicaron la magia desde que tuvieron uso de razón, y gustaron de juegos oscuros siempre con ella. Asistieron a diferentes escuelas de magia, permaneciendo ocultos hasta el final. Sobresalir era demasiado simple, esconderse era todo un juego. Después de todo, ellos sobresalían a su modo, la marca de Caín los exponía siempre y lo mejor de todo, pocos –por no decir solo ellos- lo notaban y los respetaban.
El estigma de Caín fue lo que existió en un principio, y en él se basó la historia de la humanidad. No se trata de una auténtica señal sobre la frente, la vida no suele ser tan tosca, es un signo apenas perceptible, algo inquietante: un poco más de inteligencia y audacia en la mirada, se decía. Aquel ser que poseyese el signo, siempre inspiraría temor, pues la humanidad lo escondió de una forma cómoda y razonable para el resto. La verdad no se explicaba como lo que era, como una distinción, sino, como todo lo contrario; los seres con valor y carácter siempre les ha resultado siniestros a la gente. Más aún, que anduviera suelta una raza de seres audaces e inquietantes resultaba terrible.
Andrew, el primogénito y patriarca actual de la familia Darks, fue criado en la isla de Sicilia (Italia) donde nació; Jason, el hermano del medio, nació en Hamburgo (Alemania); mientras que la pequeña Lavender, dio sus primeros pasos en su tierra natal Cambridgeshire (Inglaterra). Si bien, ninguno nació en la tierra de sus ancestros, el llamado de la sangre los hizo regresar.
Al llegar a cierta edad, el Despertar de su ignorancia y la Iluminación de su existencia, se les fue permitido reunirse nuevamente y asentarse como familia. Se les reveló la verdad y el propósito de su existencia.
Juntos nuevamente, establecieron un nuevo orden de pensamiento: Sapere Aude, pensamiento que imponían a todo aquello con quien tratasen. Pensamiento que cualquier miembro de la familia entendía y practicaba en todo momento, sirviendo de mucha ayuda al momento de cumplir los mandatos de cualquier que se arriesgue a pedir su auxilio. La familia Darks se asentó en Francia, en la que alguna vez fue la mansión Chambord, desde donde esperan fervientemente el llamado de algún incauto que los necesite nuevamente y a quienes les propondrán firmar su contrato, el cual norma siempre lo siguiente: Un Darks prestará su poder, protegiendo al contratista de la muerte hasta que su objetivo sea cumplido. Después de aquello el sirviente tomará el alma humana del deudor haciéndola suya para toda la eternidad.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Encuentros - Nosotros

ENCUENTROS
Una historia de Imposibles

Nosotros
[Recomendación: Música 2]

“No, simplemente no lo entiendo. Explícame. ¿Qué pasó?”Las lágrimas salían a borbotones, por más que ella no lo desease, en su mente se recordaba que había siempre que guardar la compostura y más en estos momentos, pero la verdad es que a veces no se puede. “Es que es eso precisamente, no lo entenderás hasta que pases por ello, aún eres una niña.” A Rocío y Rafael les había llegado el momento. Rocío no lo podía creer, por qué ella, qué había hecho mal, hizo tanto por estar con él, quizá había otra o quizá de verdad no entendía. Rafael sabía que era lo mejor, no quería hacerle daño; la quería, pero no como novia, la quería como amiga, como hermana y la cuidaría siempre, o eso intentaría, ella era especial, era divertida y única, pero era una niña. Rocío no tenía la presión que él sí, él no sabía cómo sobrellevarlo, esa era la verdad. “Amor de verano”, le dijeron sus amigos. Sin embargo, ella si lo quería de verdad. Dicen que el primer amor siempre duele. ¿Ustedes creen?

Oía su voz en el viento, en la tele, en las canciones de su reproductor. Sus amigas le dijeron que se calmara, que pronto pasaría. “Sonríe, Rocío. No vale la pena”, le repetían. Algún día pasaría y se reiría de todo eso, con ese pensamiento pasaba las noches. Su hermana mayor la miraba entendiéndola, después de todo ella había pasado casi por lo mismo.

Se lo había dicho a papá de manera tan natural. Rocío conocía la historia de su hermana, por eso un día se armó de valor y le pidió que por favor, las llevara y cumpliera su sueño por unos días. Claudia lo había conocido como ella a él y todo había terminado casi igual, salvo que ambos estuvieron de acuerdo de eso. “¿Por qué?”, siempre se preguntó Rocío. “¿Tan difícil es explicar? ¿Tan complicado es entender?” Sus amigas la entendían y los amigos de él siempre parecieron estar de acuerdo con todo, no tenían objeción alguna y salían todos en grupo y comían y se divertían… y terminó el cole y él el primer ciclo y todo llegó al fin. Y ella solo quería olvidar y crecer y ser grande y gritar y preguntarle… y saber. Quería seguir recordando, cerró los ojos.

“-Oye, ya no te veo… ¿ya no vas por ahí o qué? –No tengo tiempo –Sí, claro Rafael… dicen por ahí que no quieres volverte a aparecer por ese lugar. – ¡Crece! Eso es solo un juego de niños. -¿Lo de Rocío solo fue para ti un juego de niños? Esa es la verdadera razón por la que no regresas, ¿verdad? Parece que si te afectó y no fue un amor de verano. –Tengo que estudiar…” Tocaba por las noches para callar sus pensamientos, estudiaba de día; daba todo de sí. Salía con sus nuevos amigos, con sus nuevas novias, platicaba a más no poder… Y sí, la verdadera razón por la que no volvía era ella. La había jodido tanto y no había más nada que hacer. Rafael seguiría creciendo y olvidando y siendo él mismo todo el tiempo, o al menos intentaría serlo.

¡Tatiana calla! Rocío se sonrojaba gritando por reacción, antes de darse que él estaba allí también, riéndose, acercándose… ¿jugando? No, se acercaba y se acercaba y... Los habían dejado solos a propósito, esa fue la primera vez que estuvieron solos de verdad. Esa vez, su primer beso, su primer amor. Todos estaban afuera y ellos dentro del automóvil y sabía que se estaban demorando a propósito. Había silencio absoluto y ella se sonrojaba cada vez más, él no dejaba de mirarla y no sabía de qué hablarle, solo se limitaba a contestar rápidamente lo que él le decía mirando al piso. Amaba esa sonrisa que no estaba viendo, pero que sentía. “¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!” Los chicos estaban afuera, cámara suelta, aplaudiendo y gritando desenfrenadamente. Rocío volteó a ver a Rafael, quien se reía con ellos, los que seguían gritando y gritando… “¡Tatiana calla! ¡Cállense!” gritaba desde el automóvil, demasiado nerviosa para poder salir y sin saber donde esconderse, sin darse cuenta que él estaba tras ella, demasiado cerca… sentía su respiración a mil por hora, su corazón en la boca, él estaba tras ella, el perfume y el silencio y la mirada de ellos lo delataba… “¡T…!”

Recordar todo ello, lo hacía sentir una “mierda”, un desgraciado. Aunque, en ese momento ella no era solo “la chica a quien le gusto”, ella era real y la quería para él… y la quería en una urna de cristal, ‘his princess’, la hermosa niña de cabellera negra y de ojos rasgados a quién amaría por siempre. Los amigos de ella, los que antes tenían en común, ahora lo detestaban y ni siquiera le dirigían la palabra. El huía. Se sentía tan cobarde, se preguntaba cómo aquellos que llegaron a pasar por esa misma situación sobrevivieron y él no. Sólo le quedaba esconderse, correr…

“-¿O sea, que él te dejó y todo es un juego de niños? –No, la verdad es que ya lo entiendo. –Por favor, ni siquiera les hablas a los que como tú, están aquí y participan o participaban en ello. –Déjame tranquila, es mi problema. –Al menos ya lo superaste –Sí, y tú quieres volverme hacer pensar en ello. Rafael ya no es nada para mí, él fue lo mejor que me pasó en la vida, mi primer amor, mi primer beso. Pero ya terminó, me mudé, tengo nuevos amigos, nuevo instituto, nueva casa… Todo eso ya lo quiero olvidar, eso es pasado.

Si la volvía a ver, le pediría perdón y la abrazaría y le diría que sí la quiso, que quizá deberían volver a intentarlo. ¡Su cumpleaños! El cumpleaños de Rocío estaba cerca y él iría con ella y le pediría perdón y podría sonreír tranquilo. Pero tendría que trabajar mucho, y buscarla y encontrarla. Tendría que contactar a todos su ex-conocidos por si aún tienen algún contacto con ella. Rocío, la chica a quien tanto quería, la chica que le gustó por mucho tiempo, su cabello largo y negro, ella siempre era risueña y divertida ¿habría cambiado algo? Todo valía la pena, todo por volver a verlos, a esos ojos rasgados…
…continuará.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Encuentros - Espera

ENCUENTROS
Una historia de imposibles

Espera
[Recomendación: Música 1]

Esperanza tenía 8 años cuando lo vio por primera vez, el niño de los ojitos color miel, el cual vestía de estilo elegante y encantador. Ambos lo hacían, solo que a diferencia de él, ella llevaba un vestido amarillo pastel, largo y de princesa. Nunca se vio así, la idea le había parecido siempre completamente estúpida- “Cliché”-. Y Él… Él estaba allí, danzaba con ella, sonreía con ella; los dos juntos estaban en un salón con muchas personas a las cuáles no conocía y las cuáles, en verdad, no importaban. Sólo eran Él y ella, ambos y la música, se miraban y sólo interesaba aquello, lo que sentían y de nuevo, “Cliché”…

Siete años después, aún lo recordaba, aún soñaba con Él, aquel desconocido de su sueño preferido, el muchacho de los sueños de cada 22 de cada mes (si no fuera por su diario jamás se hubiera dado cuenta de aquella coincidencia), tan solo es que añoraba ese momento. “Ricitos” como le decían sus amigos por la forma de sus cabellos, soñadora y engreída como ella sola, paseaba todos los jueves por el mismo parque a la misma hora, siempre escuchando música en su mente, tarareándola y riéndose de ella misma por hacerlo. ¿Quién era Él? Nunca lo había visto en su vida, jamás se lo había cruzado pero “esa” sonrisa la hacía sentir tan bien, inexplicable. Ese asiento del parque la hacía en verdad pensar, meditar, soñar. Además de que había tenido más sueños como este y algunos con más detalles, sin embargo nunca pudo verle el rostro completo, veía todo por partes: sus ojos, son sonrisa infinita, de nuevo su mirada, a él a lo lejos, con ella, los pies, el movimiento… podía sentir la brisa de ese instante con solo rememorarlo. En fin, en este sueño, ella lloraba y sonreía…se veía asimisma feliz y triste. ‘¿Por qué yo lloraba? ¿Por qué río y lloro? ¿Qué pasó con él?’ Y todo estaba en su mente, el danzar y la música de piano, y el ver el movimiento de sus pies…

-¿Puedo sentarme?- Esperanza volvió rápidamente de sus pensamientos y su fortaleza mental y de todo para verlo, invadir su mundo. “¿Qué clase de persona será?, ¿debería irme?”. Tenía recelo para con aquellos que se presentaban cubriéndose el rostro, sin embargó asintió con la cabeza, después de todo, si hubiese querido hacerle daño ya lo hubiese hecho. Pero era su jueves, su parque, su silla ¿por qué allí se tuvo que sentar ese extraño? Y de nuevo a soñar… era como si él no estuviese allí, a pesar de que si lo estaba. El viento cambio de dirección, ahora corría de donde se ubicaba Él hacia Ella, el perfume era diferente. “Este lugar es fenomenal, se podrían hacer muchas cosas… Ah, verdad, disculpa que te haya asustado o sacado de tus pensamientos, parecías tan ensimismada en lo tuyo…” La primera vez que le había hablado, no se había percatado del extraño acento de él, era divertido y atractivo. “No te preocupes, de alguna u otra manera siempre me sucede…” le respondió pensativa. “Siempre vengo los martes y me siento aquí a reflexionar, pensar…o simplemente a admirar todo esto; pero no sé por qué hoy vine… y definitivamente hoy jueves, se ve, se siente mucho mejor todo.” Él parecía tener ganas de platicar, pero la verdad ella no sentía ánimos de hacerlo. “Este lugar es magnífico”, seguía él, “…podría hasta grabar con todo esto, un videoclip…”

“Estás loco”, reaccionó Ella. “Deja a este hermoso parque así… aunque ya me picó el bichito de la curiosidad, ¿qué evento grabarías aquí?” Y Ella sólo recibió silencio, y fue aquello lo que le provocó volver a soñar...Recordar una y otra vez el sueño de los 22, donde ella era tristemente feliz y donde todo estaba bien, pero cada vez que intentaba soñar despierta con aquel mundo, se le olvidaban más detalles; al punto de pensar que sí, que alguna vez lo había visto de verdad y que le había gustado tanto que lo recordaba a cada segundo, y poco a poco se le fue olvidando… Lo fue olvidando, hasta solo ser capaz de recordar aquellos ojos color miel que la hacían vibrar por dentro. Esperanza suspiró y la nostalgia de aquel suceso imposible, que sólo en películas de-lo-peor-románticas sucedería… Se reía de la idea que se le cruzaba por la mente, al recordar al extraño del lado derecho. No había cabida para eso, es imposible. Es decir, por qué justo en aquel momento, en aquel lugar, 7 años después… se le tendría que aparecer Él de esa manera. ¡Imposible! “Y si lo fuera, sería ridículo… ¿o no?” Zapatos de cristal, brujas, cuentos, príncipes, bailes y demás sólo ocurren en los libros que se quieren vender, en los libros para niños, en las películas comunes… “¡Eso no es para mí!”. Pensamientos iban y venían, el frío empezaba a sentirse, el viento, su aliado en algunos momentos, empeoraba y pasó de ser una suave brisa a un viento que en cualquier momento la elevaría por los cielos. La ciudad se hacía de noche. Finalmente, él respondió rompiendo el silencio y los sueños de Esperanza. “Esa respuesta es simple, grabaría, pues tiene que ser recordado por la eternidad, un baile.”

Reacción tardía mostró la joven, su piel se erizó y palideció por el segundo que duró el que él diga la palabra, suspiró una vez más… mostrando cansancio. “¿Qué?, ¿qué tiene?”, cuestionó el extraño. “Nada, solo que estaba pensando en ello y…”, no la dejó terminar y él empezó a reírse. “¿O sea que te leí la mente?”, le preguntó deteniendo la risa. El viento se calmó y con él, los nervios de ella. Le iba responder pero él se le adelantó preguntándole: “¿Quieres bailar?”

“¡Aquí no hay música!” contestó impulsivamente ella, mirando hacia otro lado. “O sea que si sí hubiera, ¿bailarías conmigo?”. “No”. “¿No bailarías conmigo?”. “No, no es eso, es que...” Él sonrió, pero ella no tenía excusa, sólo no sabía… “Ya no te preocupes, sólo que…” Él se puso melancólico y ella lo notó, lo miró desde donde estaba. Después de todo era un extraño, no podía acercársele así nada más… “Si deseas, bailamos… ¿qué pasó?”, ella no podía evitar el sentirse algo culpable. “No, nada… y ya te dije que no te preocuparás.” “¿En serio?”, hizo ademán de levantarse pero él la detuvo. “No, creo que debería contárselo a alguien y como no me conoces, sería perfecto. ¿No te molesta, verdad?” Ella dudó por un segundo, pero terminó aceptando. “He estado en muchos lugares… Sabes, yo no soy de aquí y la verdad no creo que regrese, ya no puedo... En fin, he estado muchos lugares por un sueño.” Ella se estremeció porque su idea loca y arrebatada se le seguía cruzando por la mente. Se repetía lo imposible que era, mientras lo escuchaba, además de que podrían ser miles de sueños… “Era oscuro y bello, no hacía mucho frío, ni mucho calor. Todo era perfecto. Jamás en la vida he usado un traje, ni lo pienso hacer, pero… en el sueño yo tenía uno y Ella vestía igual, obvio con vestido y todo. Es un sueño tonto que tuve a los 8 años. Nunca la he visto bien y nunca creo encontrarla. ¿Por qué he viajado tanto? Porque la necesito, necesito encontrarla y preguntarle muchas cosas… quiero un porqué. Así que la busqué allá y no la encontré, la busqué en otros lados y lo mismo sucedió, por mi la buscaría hasta el final del mundo, pero, como te dije ya no puedo viajar más. Hoy me voy de aquí, esa es la verdad, mi vuelo sale en unas horas y quería visitar este lugar que tanto me ha gustado, que tanto me la ha recordado. Te podrá sonar de lo más estúpido y bobo, pero vine buscándola, es todo, vine por Ella.”

…continuará

sábado, 16 de octubre de 2010

Encuentros

Otro fic que he empezado hace tiempo, pero creo que por ahora dejaré...

ENCUENTROS.
10 historias de encuentros y desencuentros, de historias de amor y fantasía, de imposibles y..

Lista de capítulos.
Cap 1 - H1 - Espera
Cap 2 - H2 - Nosotros

martes, 20 de julio de 2010

William Wilson - Poe

Agnedado como estoy por la desgracia -¡ay, demasiado real!-, se me perdonará que busque alivio, aunque sea tan leve como efímero, en la complacencia de unos pocos detalles asumen en mi imaginación una relativa importancia, pues se vinculan a un período y aun lugar en los cuales reconozco la presencia de los primeros ambiguos avisos del destino que más tarde habría de envolverme en sus sombras. Dejadme, entonces, recordar.

martes, 1 de junio de 2010

William Wilson

Todo es como una sombra gris, una remembranza débil e irregular, una evocación indistinta de pequeños placeres y fantasmagóricos dolores.

E.A.P

lunes, 31 de mayo de 2010

William Wilson - Poe

Crecí gobernándome por mi cuenta, entregado a los caprichos más extravagantes y víctima de las pasiones más incontrolables. Débiles, asaltados por defectos constitucionales análogos a los míos, poco pudieron hacer mis padres para contener las malas tendencias que me distinguían, terminaron en rotundos fracasos y, naturalmente, fueron triunfos para mí. Desde entoncesmi voz fue ley en nuestra casa; a una edad en la que pocos niños han abandonado los andadores, quedé dueño de mi voluntad y que me convertí de hecho en el amo de todas mis acciones.

jueves, 27 de mayo de 2010

William Wilson - Poe

Desciendo de una raza cuyo temperamento imaginativo y fácilmente excitable la destacó en todo tiempo; desde la más tierna infancia di pruebas de haber heredado plenamente el carácter de la familia.

jueves, 20 de mayo de 2010

William Wilson - Poe

Me gustaría que creyeran que, en cierta medida, fui esclavo de circunstancias que excedían el dominio humano. Me gustaría que buscaran a favor mío, en los detalles que voy a dar, un pequeño oasis de fatalidad en ese desierto del error. Me gustaría que reconocieran -como no han de dejar de hacerlo- que si alguna vez existieron tentaciones parecidas, jamás un hombre fue tentado Así, y jamás cayó Así. ¿Será por eso que nunca ha sufrido en esta forma? Verdaderamente, ¿no habré vivido en un sueño? ¿No muero víctima del horror y el misterio de la más extraña de las visiones sublunares?

sábado, 15 de mayo de 2010

William Wilson

La muerte se acerca, y la sombra que le precede proyecta un influjo calmante sobre mi espíritu -casi iba a escribir la piedad- de mis semenjantes.

Edgar Allan Poe.

domingo, 9 de mayo de 2010

William Wilson - Poe

Frases

¿Oh proscrito, oh tú, el más abandonado de los proscritos! ¿No estás muerto para la tierra? ¿No estás muerto para tus honras, sus flores, sus doradas ambiciones? Entre tus esperanzas y el cielo, ¿no aparece suspendida para siempre una densa, lúgubre, ilimitada nube?

miércoles, 5 de mayo de 2010

Frases de Poe

Esta blanca página no debe ser manchada con mi verdadero nombre. Demasiado ha sido ya objeto de escarnio, del horro, del odio de mi estirpe.

William Wilson

sábado, 1 de mayo de 2010

Frases de Poe.

¿Qué decir de ella? ¿Qué decir de la torva Conciencia, de ese espectro en mi camino?
Chamberlayne, Pharronido

William Wilson

viernes, 23 de abril de 2010

Reto de El Día del Idioma

El año pasado lo encontré en el blog de una amiga y ella lo había encontrado en la de un chico quien lo encontró en otro blog...y así la leyenda urbana comenzó (haha)

Se trata de un reto de leer 50 libros en un año, en este caso sería del 23 de abril del 2010 al 23 de abril del 2011 y postear saobre cada libro y así... Esto en conmemoración del día de la muerte de Shakespeare y Cervantes, de El día del Idioma.

La propuesta la empezó en el 2004 David Harris y acontinuación las reglas:

1. No leas para llegar a la cifra. La cosa no es demostrar al mundo que eres un super-lector. La cosa es incentivar de alguna forma la lectura.

2. Nada de rellenos. Debes leer libros que te apetezca leer. Punto relacionado con el anterior. Si lees cosas que no te interesan sólo por el hecho de "llegar a los 50 libros", probablemente no te gustará y sufrirás por terminar el libro. Y eso, probablemente, no sea lo más adecuado para un reto personal. No sé. Parece obvío. Lo mismo alguién disfruta sufriendo mientras lee cosas que no le gustan. Que de gente rara está el mundo lleno, oigan.

3. Algunas relecturas valen. No se quiere decir con esto que te puedas leer el mismo libro 50 veces. Más que nada porque entonces demostrarías tener poquísima cabeza. O algo. Vamos, que no te preocupes si un libro te gustó mucho: te lo puedes volver a leer y entraría en la lista. Yo intento no repetirme pero... alguno hay que he repetido. Y no me siento mal por ello. Y ahora, con vuestro permiso, voy a pegarme latigazos en la espalda. El otro día me volví a leer las instrucciones del mando a distancia de la tele. Si me perdonan...

4. No hay límite de género. Mientras que se parezca remotamente a un libro, puedes leer lo que te dé la real gana. Yo, personalmente, dejo fuera de la lista los comics que leo pero... no tiene por qué. Otros dejan fuera la poesía. Yo... si leyera poesía me lo plantearía.

5. Nada de planificación previa. No puedes decir eso de "Pues después de este, me leeré este y después este" y dejar completamente inmovil esos planes. Si entre medias encuentras algo que quieres leer... No lo dejes esperar y leetelo.

6. Pasa de las reglas. Ehhh... Vale, por mucho que pueda parecer, REALMENTE esta es la sexta regla. Pues eso, haz lo que te venga en gana y si alguna vez consideras algo que signifique romper alguna de las reglas, no te preocupes y haz ese algo.
 
 
Y así yo me uno a esta campaña...

viernes, 9 de abril de 2010

Sofía se escribe con S XXI

Y por fin, el capítulo final.


Sofía.- Sofía… (Saludo)
- Soy Sebastián… (Sonrisa y saludo)
- No te molesta que me siente aquí, ¿verdad?
- No, supongo que no me molesta.
- Y…


Quizá no lo recordaba, a decir verdad, no recordaba nada de lo sucedido esa noche, ni nada que tuviera que ver con él: amnesia post-traumática, decían los doctores; pero esa sería una nueva oportunidad para acercarse a ella y volver a empezar. Salió de aquel triste lugar, recordando todo con pesar.
Si él no hubiese llegado a tiempo, no se lo hubiera perdonado jamás y ella tampoco.
Los padres de Sofía solo pudieron estar el mismo y un par de días más con ella, pagaron todo y la dejaron cuando se encontraba ya en reposo encargándosela a Sebastián y a una especie de nana que la iba a ver dos veces por la semana.
Él fue quien se encargó de ordenar todo, borrar cualquier rastro de su presencia en la habitación de Sofía. Se encargó de desaparecer cual residuo de sangre y desorden oculto. Nadie sabía cómo explicar el porqué de que solo ocurriese con él, ella lo recordaba todo y a todos, salvo a Sebastián.


Un día antes escribió la carta.
A ti:
No sé como comenzar a describirte lo mucho que te aprecio. (No soy bueno para este tipo de cosas, realmente me cuesta mucho trabajo, así que: ¡¡aprecia esto!!). Aunque te he herido mucho, te he hecho llorar y sentir muy mal… estuviste siempre conmigo por alguna extraña razón, no entiendo el cómo no me eliminaste fácilmente de tu vida y te olvidaste de mí, eso habría sido lo más lógico y sencillo, sin embargo, seguías junto a mí. Te agradezco por estar siempre cuando más te necesitaba y por soportar mis bobos comentarios y mis raras ideas. Hace ya tanto tiempo que nos conocemos y han pasado tantas cosas desde entonces, realmente no sé que habría sido de mí sin tu apoyo… aún recuerdo que fuiste la única persona que me entendió y con la única que me era fácil desahogarme y llorar. Perdón. De verdad que no tengo palabras para expresarte lo mucho que te quiero y lo mucho que te agradezco todo. Sé que he cambiado mucho, pero espero y sepas que siempre intentaré estar contigo en los buenos y malos momentos tal y como tú lo estuviste conmigo. Aún sigo aquí y lo sabes. Sé que cambiaron muchas cosas entre nosotros y que no tenemos la misma confianza el uno al otro; sin embargo espero y algún día podamos retomarla o por lo menos que sea algo parecido a como cuando nos conocimos y éramos más pequeños.


Lo siento, nuevamente pero sé que en algún momento, para ti, fui alguien grandioso y que me quisiste mucho, y que llegaste a creer que había desaparecido o que ese amigo estaba dentro de mí, y me agradaría que pensaras que ese amigo se ha convertido en un ángel hermoso, en un niño juguetón y alegre que siempre tendrá una tierna sonrisa para ti y nunca te dejará sola.


Te quiero, te quiero, te quiero. (Dicen que para que algo se grabe en tu memoria, debes decirlo mínimo tres veces.)


Y la colocó dentro de un sobre, el cuál entregaría el mismo mañana antes de irse.


-Es extraño, dice “Mañana.” No entiendo a qué se refiere, no tiene ni remitente ni nada… ¿Estará bien que lo lea?
- Si Sofía, no tiene nada de malo o al menos eso creo. – Simón gritaba desde la cocina.
- Eso huele bien, ¿qué haces?- Sofía sonreía con llevando consigo el aparecido sobre. Se sentó sobre el sofá frente a la televisión.
- Nada especial, tú sólo espera un poco más y verás.
(…)
- No entiendo
- ¿Qué no entiendes Sofi?
- Por qué estoy llorando.


Simón sin pensarlo dos veces corrió hacia ella y la abrazó muy fuerte mientras leía el contenido de la carta recientemente leída.
-No sé, no sé por qué me causa dolor el ver esta letra, esta forma de escribir… Es como si la carta fuese para mí, pero aunque lo fuese no podría saber quien la escribió.
-Sofi, cálmate. Lo más probable es que fuese un error…
-Sí, sí, perdón no sé por qué me puso esto tan… tan... no sé. Voy a lavarme la cara. – Sofía se levanta aturdida, forzándose a sí misma a pensar pero era más fuerte el olvido. Se dirigió a lavarse, tal como había dicho.
Mientras tanto, Simón se asomó por la ventana, no iba a permitir que todo volviese a ser como antes. Lo vio. Por un instante Sebastián y Simón se miraron mutuamente…


No lo había esperado, pero era tal como debía suceder. “Las cosas pasan por algo”, de todos modos siempre velaría por ella. Sebastián entendió todo, sin inmutarse subió al taxi que lo esperaba.
-Al aeropuerto, por favor.- Sonrió. “No es cierto, sí me lo esperaba”. Al menos no tendría que preocuparse tanto, habría alguien que estaría con ella cuando él no pudiese, Simón la querría como él no hubiera podido jamás, y ella será feliz.






-¿Estás mejor? – Simón se volvió preocupado hacia ella.
-Creo que sí… lo siento, de nuevo.
- No te preocupes. Te prometo que todo estará bien, Sofía.

martes, 16 de febrero de 2010

Los árboles mueren de pie III

Los árboles mueren de pie - Alejandro Casona.

Acto Tercero.

ISABEL Y LA ABUELA
Isabel.- Es que usted no puede imaginar todo lo que es Mauricio para mí. Es más que el amor, es la vida entera. El día que lo conocí estaba tan desesperada que me habría dejado morir en un rincón como un perro con frío. Él pasó junto a mí con un ramo de rosas y una palabra; y aquella palabra sola me devolvió de golpe todo lo que creía perdido. En aquel momento comprendí que desde dentro que iba a ser suya para siempre, aunque fuera de lejos, aunque él no volviera a mirarme nunca más. (...) El otro día usted me preguntaba por qué no quería habalr otro idioma que el de Mauricio. ¿Comprende ahora por qué? Un idioma no son las palabras, son las cosas, es la vida misma. Cuando yo era niña, mi madre me decía "querida"; era una palabra. Cuando iba a la escuela, la maestra me decía "querida";era otra palabra. Pero la primera vez que Mauricio, sin voz casi, me dijo "¡querida!", aquello ya no era una palabra: era una cosa viva que se abrazaba a las entrañas y hacía temblar las rodillas. Era como si fuera el primer día del mundo y nnca se hubiera querido nadie antes de nosotros. Por la noche no podía dormir. "¡Querida, querida, querida...!" Allí estaba la palabra viva rebotándome en los oídos, en la almohada, en la sangre. ¿Qué importa ahora que Mauricio no me mire si él me llena los ojos!¡Qué me importa que el ramo de rosas siga diciendo "mañana" si él me dio fuerzas para esperarlo todo! Si no hace falta que nos quieran..., ¡si basta querer para ser feliz, abuela, feliz, feliz...! (Ha ido exaltándose con sus propias palabras hasta terminar llorando en el regazo)

ISABEL Y MAURICIO

Isabel.- Te admiro
Mauricio.- ¿Ironías otra vez?
Isabel.- Sin ironías: te admiro de verdad. Es asombrosa esa manera que tenéis los soñadores de no ver claro más que lo que está lejos. Dime, Mauricio, ¿de qué color son los ojos de la Gioconda?
Mauricio.- Aceituna oscura
Isabel.- ¿De qué color son los ojos de las sirenas?
Mauricio.- Verde mar.
Isabel.- ¿De qué color son los míos?
Mauricio.- ¿Los tuyos...? (Duda. Se acerca a mirar. Ela entorna los párpados. Sonríe desconcertado) No lo tomes a mal. Parecerá una desatención, pero te juro que en este momento tampoco sabría decirte cómo son los míos.
Isabel.- Pardos, tirando a avellana. Con una chispita de oro cuando te ríes. Con una niebla gris cuando hablas y estás pensando en otra cosa.
Mauricio.- Perdona
Isabel.- De nada, (Sonríe, dominándose)...(...)

(Sale al jardín. Ha ido oscureciendo. Fuera, las sombras largas de la tarde. Mauricio enciende pensativo un cigarrillo. Se oye la campanila de la calle, y a poco la Doncella cruza a abrir. El señor Balboa viene de sus habitaciones, con un libro en la mano)

MAURICIO Y BALBOA (Y FELISA)
(...)
Balboa.- ¿No era este el libro que andabas buscando? "Los últimos descubrimientos de la arqueología".
Mauricio.- No tiene interés. He hecho yo uno más sensacional.
Balboa.- ¡Tú! ¿Cuándo?
Mauricio.- Ahora mismo. Después de largas excavaciones, acabo de descubrir que soy un perfecto imbécil. (Tira el cigarrillo que acaba de encender y sale al jardín llamando) ¡Isabel...!

lunes, 1 de febrero de 2010

Sofía se escribe con S XX

Sobre

Sobre blanco, seriedad y elegancia ante todo. Su minúscula y desordenada letra rompía el protocolo; una gota de sangre acompañaba al escrito.
Aún se percibía el perfume de ella, las lágrimas brotaron de sus ojos… ¿Qué le podría decir? No quería leerlo, había demasiado que no quería saber, no quería reabrir esa herida, dolería mucho; sin embargo, es aquella curiosidad humana la que lo hizo caer en tentación.

Aquella vez, tenía el presentimiento que estaba ella allí pero no importaba, se lo merecía. No pensó que terminaría así.
“Cómo es posible que lo puedas creer… Cómo es posible que tú, siendo tú mi mejor amigo, te dejes llevar por mi ira…conociéndome desde hace mucho” Qué podía ser, el daño estaba hecho; no importaba el contexto, ella habló y dijo lo que dijo, y aunque estuviera enojada, tenía toda la razón...


Lo abrió, no había nadie y el volver a ver su letra estremeció su alma:
“No puedo escribir, todo me da vueltas y te quiero… te quiero pedir una, ya que no vamos a estar de nuevo juntos. Pero promete que lo harás. Cierra los ojos, muy fuerte. -Sé que soy ridícula, siempre lo has sabido, pero ahora tienes que hacerme caso. Ayúdame con esto, ¿vale?- Cierra los ojos e imagina aquel lugar donde siempre te has sentido feliz y a las personas que te hacen sonreír -no importa si yo no estoy incluida…-.” No sabía por qué, se la imaginaba llorando en su cama, sufriendo; se le partía el alma: “Soy un monstruo”, pensaba. “… Imagina que la persona más importante para ti está ahí contigo, te sonríe, te abraza, te cuida. No te pido, que me imagines a mí, aunque sabes que yo lo daría todo porque sí, me encanta abrazarte, lo haría gustosa… Tan sólo imagina que esa persona que está contigo que te sonríe te susurra que siempre estará contigo, que está contigo que no tienes porqué sentirte triste, verás que todo te saldrá bien. Abre los ojos y sonríele al mundo. Sé feliz. Y cada vez que te sientas así de triste, haz lo que te he dicho: Imagina que eres feliz, créelo con todo tu corazón… y lo serás… Ya verás Sebas. Todo estará bien. Sonríe. Hasta siempre. Sofía.

PD: Solo prométeme una cosa más, nunca me olvidarás, ¿verdad? Yo nunca te voy a olvidar… Yo te quiero Sebas y nunca me cansaré de decirlo”



Y él la recordaba como una dulce niña, alguien que siempre estuvo con él, su sonrisa y su apoyo. Le hubiera gustado tanto que la carta terminase ahí… “Estoy muerta. Acéptalo. -Aunque supongo que él que leas esto es el primer paso para hacerlo-.Al menos, para ti lo estoy… desde hace tiempo… de la misma forma en que tú, mi mejor amigo, has muerto para mí.”
Ella tenía razón, ya lo peor había pasado. Sofía ya no era su Sofía, Sofía como la conocía, la dulce niña del apoyo y la sonrisa no existía más. Había muerto. Y él no puedo hacer nada para ayudarla…pues para ella nunca fue suficiente, ni nunca lo sería. Esperaba tan sólo que alguna vez lo perdonase y que estuvieran juntos de nuevo. “Yo sí te quiero y siempre estaré para ti, siempre seremos amigos”. Era demasiado tarde. Abrió las cortinas, y al parecerle ver su espectro su piel se erizó, corrió y salió por donde había entrado. Ya no quedaba algún rastro de él, solo había ido por eso, solo quería llevárselo y darle fin a todo. No quería recordarla a ella, ni pensar en lo triste y gris de su vida actual. Él no tenía toda la culpa, ni siquiera ahora la tenía, no quiso sentir melancolía por ella. Él solo fue por el sobre.