sábado, 23 de agosto de 2008

Sofía se escribe con S III y IV

He decido subirlos de dos en dos..O.o

Sobrevivir
¿Sobrevivir?... Ya no le importaba. Era irónico: ¿a quién le importaba? “Nómbrenme a una a alguna persona a quien yo le importe”. Silencio absoluto. No entendían, nadie podía entenderla y ya ni valía la pena preguntarse el por qué. Era consciente de que muchos trataron pero ninguno fue capaz; unos, casi; otros, poco… Pero finalmente: Nadie lo logró. Todo estaría perdido, aunque: “Quizá tú. -¿Quizá yo qué?- No, nada.”
Todo estaba listo: las cartas y sus destinatarios donde explicaba sus razones y todo. Eran ridículas y ni fundamentar correctamente sus razones podía, pues de todos modos nadie la entendería. Había tenido toda la semana para despedirse y lo triste es que nadie se había dado cuenta… Porque, después de todo… “No importo”. Es que nadie se da cuenta hasta después de que sucede y comienzan las lamentaciones "¿Por qué no me di cuenta?"... ¿Por qué? Era tan buena, tan querida, tan inteligente, tenía muchos amigos"...Y sarcásticamente piensas: Sí, claro. Es que la razón ya está dada: nadie la entendía, no podían hacerlo. Otros, simplemente no querían darse cuenta y así evitarse problemas; pobres conciencias. Pero es la verdad lo crean o no; así eran las cosas, así son...
“¡Sofía cálmate!, ¡despierta! ¡Esto no es un sueño!, ¡Sofía regresa!, ¿Sofía?...” Recordaba y pensaba que al fin no volvería a escuchar tantos quejidos. Nunca más. “Déjenme morir, ya no quiero seguir viviendo, subsistiendo. Mi vida no tiene sentido, a nadie le importa. A mi ya no me importa. Es que acaso no se dan cuenta de que mi existencia es vana. Ya no deseo vivir… ¿por qué? ¿Para quién? ¿Para qué? No lo deseo. Sufrir otra vez, ¿con lo mismo? Siempre será lo mismo. ¡Es que ya! ¡Basta! Ya no quiero, no lo deseo, no lo haré. Ni una vez mas, ni siquiera pensarlo, no tiene sentido… ¿Es que acaso no lo entiendes? No quiero ser una más del montón…No quiero ser invisible. No lo haré. Ni por ti, ni por mí, ni por él. No lo haré por nadie, no voy a sobrevivir"

Simple.
“Simple, siempre ha sido así, desde siempre. ¡Tan… tan simple! ¿Está mal pedir mucho? Porque… si es tan simple por qué nadie puede entender?” Sofía decidió el ya no querer vivir más, no tenía razón alguna para sobrevivir una vez más… ¿para qué? Estaba sola. La habían dejado sola, una vez más… “Todos… tú… ¿Por qué siempre estoy sola?... ¿Por qué no me muero de una vez?¿Por qué nunca tengo lo que quiero?”. Sofía piensa, quiere morir. Era una tarde de otoño, 6:07 p.m., Sofía una niña de 15 años… ¿cómo describirla?... “La niña perfecta”. La mejor novia, la mejor alumna, la mejor amiga… “Debe ser tan feliz, ¡mírala! Se le nota en el rostro, siempre sonriendo, siempre la mejor en todo”.
La pluma cayó del borde de la cama al suelo, a su lado derecho estaban las cartas manchadas ligeramente por la punta y extendiéndose poco a poco de sangre. “¡Rayos!... si se mancha toda la carta, si se llegan a manchar las dos… Nadie las entenderá… ¿las leerán?...OK… ¿cuánto tiempo puede estar viva una persona que se está desangrando?... ¿queé?...solo han pasado 6 minutos…”
Sofía, boca arriba sobre el borde de su cama, mirando el reloj, mirándose en el espejo de la pared. Pensaba, moría. No quería pensar quería morir, pero tampoco podía evitarlo… ¿qué podía hacer? Solo cerrar los ojos y dejarse morir. Dormir, dormir profundamente, caer en un sueño del que jamás podría volver a despertar.
Y las palabras resonaban en su mente. “¡Es tan simple!”

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