miércoles, 4 de mayo de 2011

Una lacra fosforecente (fragmento 2)

En general no tenía ningún mensaje suyo ni aceptaba, al principio, mis invitaciones a dormir. Lo único que quería era tomar helado conmigo de vez en cuando sin avanzar, sin intentar nada más. Después pasó a tomar helado conmigo tres veces por semana. Después desapareció.
 
Cuando digo desapareció es literal. No venía a casa, no mandaba mensajes de texto, no lo veía en ningún lado, mi teléfono no sonaba, no había emails nuevos en mi casilla de correo. Desapareció y se notaba: con él se fueron mi buen humor y mis ganas de olvidar a Salvador.

No hay comentarios: