martes, 20 de julio de 2010

William Wilson - Poe

Agnedado como estoy por la desgracia -¡ay, demasiado real!-, se me perdonará que busque alivio, aunque sea tan leve como efímero, en la complacencia de unos pocos detalles asumen en mi imaginación una relativa importancia, pues se vinculan a un período y aun lugar en los cuales reconozco la presencia de los primeros ambiguos avisos del destino que más tarde habría de envolverme en sus sombras. Dejadme, entonces, recordar.